viernes, diciembre 31, 2010

Según mi sueño se hace sueño mi vigilia se asienta. Lo que mis manos no aferraban mis dedos ya ni rozan. Si muy despierto, desespero, y mejor no recordar tanto. Ahora tengo algo que hacer que no me permite crecer ilusiones. Todo estará bien pero no será el bien que había imaginado. Quizá extrañaré el ocio y su cara en mi cabeza, jugar planificando éxito y que me quiera. Tomé la única propuesta seria que se me dio a considerar. Que mi ingenio me salve de la vida dormida. Estamos destinados a perder el equipaje durante el viaje.

jueves, diciembre 02, 2010

Tengo que aprender que cuando una persona me despide diciéndome «¡Saludos a la familia!», no debo responder «¡Igualmente!» si sé que dicha persona vive sola y todos sus parientes directos están muertos.

martes, noviembre 30, 2010

Parecía que nadie encajaba, faltaban piezas. Decían que eras el único que podía encontrarlas, y este decir era un saber general que corría de boca en boca del cual no entendías su razón de existir. Quizá porque eras muy joven, quizá muy diferente, quizá te faltaba algo que ellos tenían y les permitía comprenderlo. Luego de un largo proceso encontraste las piezas pero aún fuiste y eres único. Todos en su lugar y tú la pieza que desencaja. No eras parte del conjunto completo.

domingo, octubre 31, 2010

Si sigo chateando tomando cerveza, un día de estos cometeré la estupidez más dulce del mundo. Pero me parece que rara vez una estupidez así puede tener éxito, y solo imagino válido usar el alcohol cuando el corazón rebalsa y duele al estar sobrio.
Alegrarme... ¿se podrá con nombres, si las recuerdo una a una? Oh, mis lindas, mil perdones a todas. Espero no haberlas molestado. ¿No me faltaba tanto ni estaba tan lejos, verdad? No lo sé, quizá a unos pocos intentos e insistencias de distancia, imagino. Quizá unos pocos más.
Pero el final hubiera sido el mismo, estoy convencido de que hubiera sido el mismo. Tomé atajos a ningún lado, directos al después del final, cuando ya no hay nada. Y allí todo descansa, en la nada.
Desde mi pecera vi granitos de azúcar en una duna de sal. Nada me asegura haberlos visto, cada día dudo más saber de qué estoy hablando, conozco poco del afuera, pero me pienso afortunado de haber descubierto con tan poco maravillas tan irrepetibles.

jueves, septiembre 30, 2010

Me colé por la cerradura, y al otro lado de esta encontré otra pared con una ventana. No pude abrirla pero le faltaba un vidrio, así que con gran dificultad pasé por allí. El siguiente obstáculo fue una reja de barras muy altas, de la cual acabo de bajar luego de treparla. Así que estoy caminando en el exterior, pero sin caer en la ingenuidad de creer que ya estoy libre. Y nada más que me limite aparece y lo entiendo. Lo entiendo perfectamente y es peor que todo lo demás. Soy libre y mi objetivo está al otro lado del mundo.

martes, agosto 31, 2010

Abrí otra de esas puertas, una puerta vieja que siempre estuvo ahí, de esas a las que se les pasa por al lado como si fueran una pared. Al cruzarla encontré el gran reloj de arena que cuenta mi tiempo. La arena caía despareja, con violencia y caudal aleatorios y me aterré: no había manera de estimar el tiempo restante. Imaginé entonces los eventos importantes que excedían al alcance de mi tiempo, posteriores a la caída del último grano. ¿Qué eventos podrían estar a mi alcance? ¿Debía enfocarme en estos, más cercanos, para así allanar el camino a los eventos que me excedían y deseaba realizados?
¿Y por qué me necesito? ¿Porque necesitarse es obvio? ¿Para lograr objetivos? ¿Porque es lo primero que tengo? No lo supe ni lo sé, así que evadí la pregunta. ¿Por qué me necesito? No encontré manera mejor. Y mientras me necesite, también necesitaré plasmarme en un medio externo.

lunes, julio 12, 2010

De muy mal humor estos últimos cuatro días, con la cara de haber desayunado limones. Y me hace dudar, ¿no será que el mal humor es el estado original y el buen humor sólo es algún tipo de auto-engaño o simulación? No estoy seguro de que esto tenga una causa. Así que ando con ganas de masticar gente. Bien mala onda.

lunes, junio 28, 2010

No lo entiendo. No me sale hablar con usted. Me trabo. Me atropello. Descubro el final del chiste antes de empezar a contarlo. Y lo peor es que me río igual. Y usted es tan amable, y me acompaña en mi risa, y me pregunta con muestras de interés que, a pesar de mis dudas, me resultan muy auténticas. Y no puedo demostrárselo, pero le pido me crea que sólo me sucede con usted. Solía tener buena labia y lograba conversaciones interesantes con mujeres llenas de bondad, hermosas y brillantes; y con esto no pretendo pavonearme ni debe sentirse intimidada. Esto que me aqueja es de esas cosas que usualmente resultaban bien, y al querer demostrárselas a alguien de especial interés, no podían resultar peor. Algo así. No lo comprendo pero, en el fondo, sé de qué se trata todo esto. Necesito que me haga un favor. Le pido un millón de oportunidades para hacerle notar que soy de buen corazón. Ni una menos. Estoy convencido de mi calidad, pero veo improbable estar a su altura, por lo que preciso intentar tanto como pueda. De lograrlo, sólo restará realizar el engaño del coqueteo, la conquista violenta de sus miedos, y el abuso de su tiempo, para que se rinda, sea mía, y yo suyo.

miércoles, junio 16, 2010

Más fiel que un perro sin hambre. Qué se le va a hacer, uno sueña despierto y atropella a medio mundo y sigue caminando sin prestar atención a nada. Un chiquilín idealista, tonto, y aún así, disfrutando cada miga de pan.

lunes, junio 14, 2010

Te vi de pie en el bus, con la espalda contra la ventana, mirando hacia arriba como si no hubiera techo, y las caras de la gente te pasaban por delante, y te sonreías solo, y sin estímulo aparente inflabas los cachetes para desinflarlos de formas ridículas. Y hacías muecas al piso, le guiñabas los ojos a nadie, y elevabas las cejas en sorpresa al mirarte las manos. A veces practicabas quedarte perfectamente inmóvil con el bus detenido, o jugabas con la fuerza centrífuga, y cuando alguien te pisó simulaste no haber sentido nada. Al prestar mayor atención, vi tu gemelo sentado no muy lejos. Me sonreí al pensar que quizá no supieran que estaban viajando en el mismo lugar. Pero en otro asiento había otro hermano igual. Y a su lado un cuarto hermano. Giré la cabeza y noté que todos los pasajeros eran iguales. Y al detenerse el bus subieron unos tantos y bajaron otros tantos, y por la ventana pude verlos dirigirse en direcciones distintas. Al volver la mirada dentro, eran todos diferentes. O no tanto.
Estoy comiendo queso casi como si no existiera otro alimento. Como un loco del queso. Y creo que podría vivir comiendo queso y solamente queso, y antes de que algún nutricionista me venga con que no se puede, le ahorro el esfuerzo razonando que morir por comer únicamente queso es una cuestión totalmente diferente. Que se puede vivir comiendo solamente queso, se puede. Pero como más que solamente queso, no quiero vivir solo con queso, también me gustan las comidas elaboradas, e incluso el queso mereció cierto proceso para serlo. Y hay que mantenerlo bien conservado, si bien puede ser bastante resistente, no podemos dar por sentado que siempre se mantendrá perfecto y libre de hongos. Todos lo sabemos, «demasiado queso te matará», pero no es realmente el queso lo que mata, ni es del queso la culpa.

domingo, mayo 30, 2010

miércoles, mayo 12, 2010

¡«Me querrás para pensarte...» cumple hoy siete años! ¡Fiesta! Para vos, muñeco de torta, comete este merengue. Y vos, salamín, mirá qué buen budín. Y así, en esta orgía culinaria, donde todos están con todos inventando platos nuevos, probarás de entrada mi ensalada de seso y corazón en un tazón. Y seguiré por tu pies, saltaré a tus hombros, degustaré tus rodillas, morderé tu barriga y antes de seguir me pedirás que me ate una servilleta al cuello. De lo contrario no habrá postre. Pero tengo todo planeado, ayer compré servilletas de todos los colores.

martes, mayo 11, 2010

“Mister 'suntan', mister 'happy man', mister 'I know the girls on all the world tours', mister agent, yes”
Tori Amos; Agent Orange


Se desliza con su sonrisa de luna creciente, y baila dando vueltas, y te toma de la mano, y tiene toda la calidez del sol en cada yema de sus dedos. Vuela dando pasos, y si tienes suerte lo verás subir las escaleras de a dos escalones por vez. Habla por los ojos, escucha tan atento y pide que sigas, y te abraza con mera presencia. Si alguna vez lo ves, pregúntale qué piensa de mí. Y me voy a suspirar, a recostar un rato más e imaginar que quizá hoy golpee en mi ventana una pícara piedra pequeñita.

viernes, abril 30, 2010

Esperando que los ravioles estén a punto, cortando la manteca pedacito por pedacito para repartirla en mi plato. Y luego pienso que quizá ella es la siguiente, y luego pienso ¿siguiente qué? Y luego pienso en algún amigo, y quizá él es el siguiente, ¿pero siguiente qué? Imagino un desconocido, lo invento, y quizá es él el siguiente, pero ¿siguiente qué? ¿Siguiente para qué? ¿Quién es el siguiente? ¿Qué va a suceder que ya haya sucedido?

viernes, marzo 26, 2010

Sospeché que era infatuación. No recuerdo la luna de esa noche. Era como un guante. No supe despedirme. Pasó el tiempo. Estoy en mi casa pero necesito abandonarla. Debo reparar el portarretrato familiar. Como a cualquier hora pero creo que eso me mantiene flaco. Necesito acercármele. Sufro compromisos molestos. Me concentro en concentrarme para concentrarme en estudiar. Tengo pequeñas huidas entre las tuercas de mis bicicletas. Temo no estar a la altura. No estoy a la altura. Temo que estar a la altura no sería suficiente. Vientos fuertes y ramas arrancadas por todos lados. Quiero saludarla una vez más y comprarle un helado. Me distrae. Todo me tarda el triple de lo que espero. Que tenga una vida feliz. Me falta orden. Se pasará y deseo que no se pase. Repítase. Perdón por estar tan desatento. Creí que sería una buena idea. No abandonar lo que he imaginado. Me desdigo. No importa. Alejarme fue tonto. Inofensivamente obsesionado. Lo siento. Estaba equivocado; otra vez, es limerencia.

martes, febrero 23, 2010

Me gusta que ella me guste. Y la prefiero profunda sobre una miga de pan que superficial sobre el universo.

martes, febrero 16, 2010

Incluso con sus puños en alto, me río a carcajadas frente a las mismísimas caras de los problemas. Eso no significa que no me revienten a trompadas.

lunes, febrero 15, 2010

En el futuro habrá demasiada belleza dentro de cada uno, no podrán expresarla formalmente. Hacer una selección será injusto y sin sentido. Será una pesadilla para nuestro modo de vida, pero, ¿para qué mantener nuestro modo de vida? En el futuro habrá demasiada belleza dentro de cada uno, todos serán burbujas. La arbitrariedad será cada vez más evidente, y el más tonto será el más cuerdo según nuestros ojos de hoy. Nada tendrá valor y no habrá intención de trascender. Sincerados, la honestidad lo aplanará todo. Tendrán, cada vez, menos sorpresas gratas. Liberados de sentido, harán elecciones injustas, y continuarán retrocediendo hasta que lo estimen inaceptable, volviendo a avanzar. Serán los mejores, los más buenos, y aún así, despiadados a nuestro entendimiento actual.

lunes, febrero 01, 2010

No tengo que hacerlo. No debo hacerlo. Pero quiero. De realizarlo sería otro más de esos actos que me hacen sentir tan Nicolás. Una de esas acciones tan rebuscadas y algo fuera de lo usual. Aparentemente innecesaria, ya que la finalización de la acción en sí no es la meta, sino que está predestinada a fracasar en su motivo superficial, y es este fracaso el que genera una situación impredecible, en la cual me siento tan yo. Y eso es un éxito. Que Nicolás sea Nicolás es todo un éxito. Y hasta ahora ha sucedido muy pocas veces.

sábado, enero 16, 2010

En caso de emergencia corte el lacre con el vidrio, rompa el vidrio con el martillo, y devuelva el martillo al lacre.
No sea desordenado.
Siempre perdido e indefenso ante lo irrepetible del todo. Le prometieron que volvería a estar en el pasado, en un día muy particular para él, que podría sentir aquél lugar otra vez en muy preciso momento. Y lo dirigieron allí.
Dio varios pasos sobre la hierba y se detuvo cerca de un risco. No comprendía qué se suponía debía mirar. Había estado allí varias veces ya.
—¿Entonces?
—Observa bien.
Un grillo se había posado brevemente en uno de sus zapatos, y recordó aquél día en ese mismo lugar en que había demasiados grillos, y cómo abusaba de tal fenómeno para romper el silencio cada vez que se quedaba sin palabras y quería volver a conversar algo con ella. «¡Cuántos grillos!» Luego vio una pequeña piedra ser desequilibrada por el viento y rodar unos metros hacia abajo, provocando ruidos muy débiles al chocar con otras hasta detenerse, y recordó sonriendo cómo aquella vez se angustió de que haya sido un evento demasiado nimio como para arrastrarlo a la conversación y dejar de hablar de grillos. Se alarmó de la coincidencia y miró al cielo. Sabía que jamás podría recordar una nube en particular, y estas nubes le eran tan nuevas como cualquier otras, pero le dio cabida a la idea de estar en el pasado, y se alegró de quizá estar viéndolas de vuelta. Recordó su posición aquél día, a un lado, no muy lejos, y el murmullo tímido de una pareja se acercó desde detrás de unas rocas apiladas. Corrió hacia ellos, a mitad de camino reconoció la voz de la chica, se detuvo brevemente, y volvió a correr. Eran él y ella, tan jóvenes, ascendiendo una colina minúscula para detenerse en el pequeño risco desde donde se ve casi todo el pueblo. Le resultó lógico que le sean totalmente indiferentes, pero se preocupó al notar que la hierba se aplastaba bajo sus pies y al poder sentir el viento.
—¿La estoy modificando?
—No.
Y así lo supo. Su memoria se había salvado. En un buen rato él le dará su primer beso y se abrazarán sin decir más. Todos los momentos fueron rescatados por esta magia. Miró este trozo de su vida prometiéndose no combinarlo con el original y se fue con una tranquilidad absoluta. Nada se había perdido. Lo habían logrado. Era posible repetirlo todo.
Intentar era la clave, intentar y reintentar, aunque lento y perezoso y difícil de motivar. Intuyó que sería mejor demostrar honestidad, así que apartó el miedo y enfrentó su necesidad. Iban a llamarlo tonto, quizá demente o criminal, pero valdría la pena por simplemente actuar. Incluso se dio el lujo de vestirse bastante mal, con confianza, impertinente, y suficiente suavidad. Impetuoso loco lindo, tonto y criminal, ¿recuperaste tu identidad con tu ingenua fechoría?
Interviniendo de tal forma, sonrisa amplia al terminar, te vi lleno y satisfecho por esa nueva incertidumbre que tan vivo aún te hace arder. Imposible no estar feliz por ti. ¿Interpretaste bien, acaso, las pistas preparadas por esa bonita señorita? ¿Inventaste, tal vez, tu propia oportunidad? ¿Interrumpió ella tu rumbo hacia tus intrigas solitarias para ahora doblar estas en número y compartirlas? ¿Ingenioso suertudo o indomable náufrago?
¿Irías, si pudieras repetirlo, en una noche estrellada y azul? ¿Irías, otra vez, a mostrarle más color? ¿Irías, nuevamente, a serle brillante río de astucia? ¿Irías a darle un beso?