jueves, diciembre 31, 2009

Y entonces sucede que estamos sin luz, tal como estuvimos en navidad. Por suerte, la notebook tiene algo de batería. La verdad que este año fue malo. O insulso. Y sin embargo, apenas tipeé la palabra «insulso» me vino a la cabeza un momento con amigos que desafía tal calificación. Reí mucho. La verdad que el insulso soy yo. Y no todo fue tan llano, corrí en pelotas por Scalabrini Ortiz, me maté a picante, armé mi sitio web, fallé en armar una Atari Punk Console, me maté a emuladores, me desternillé de risa en un asado en la loma del pepino a la derecha, rearmé la bicicleta, bicicleteé a toda velocidad las lomas esas de la plazita aquella en Puerto Madero, me maté a comics, salvé heroicamente a una turista de ser golpeada por el novio, tuve un verano genial en San Clemente y en Monte Hermoso, qué sé yo qué más. Pero la verdad es que todo esto último, redactado así, es mentira. Vil y pretenciosa mentira. Solo se vuelve verdadero al decir que fue todo hecho con amigos.
Ahh, sí, me afeité los huevos dos veces, pero eso lo hice solo, no metamos a mis amigos en esto. Ojo, quedaba hermoso, todo un señorito prolijito, pero picaba que era una tortura.

lunes, noviembre 30, 2009

Al fin les llega el día, los alumnos egresan, festejan, pura alegría. Vivieron años con nosotros, les enseñamos, los educamos. Hicimos nuestro mejor esfuerzo. Festejan su alejamiento final con exaltación. Nos deben tanto, y se van. Tanta exaltación en el festejo es como si simplemente quisieran alejarse de nosotros, gritando que se acabó, que no volverán más. Como una ex-novia, ¿no? Casi querés que te devuelvan tu tiempo y tu esfuerzo. Pero uno entiende que es algo inocente, sin intención de ofender. Y ya no podés pedirles nada. Simplemente, que les vaya bonito. Y los querés, se robaron tu cariño y te lo siguen robando, y aún los querés. No podría ser de otra manera. De vuelta, tal como una ex-novia.

sábado, octubre 31, 2009

Ya lo sé, es una pavada, pero de esas pavadas importantes. He apuntado toda mi vida a encontrar un lugar cálido donde haga frío fuera, con la luz de un fuego, con el silbido del viento, con la tormenta terrible, con los caminos aislados, con mi colcha suavecita, con mi almohada querida, con la inocencia de un niño en un mundo de apariencia peligrosa pero inofensivo, lleno de desastres que no molestan ni perturban. No concibo cómo lograr tal lugar, y menos sé si llegaría a cansarme de él de haberlo conseguido, ni tampoco cual sería mi siguiente deseo.

miércoles, septiembre 30, 2009

«1100 entradas»Y cada vez que nos parece que se desvanece volvemos a recalcarla, intentándolo con mayor profundidad, engañosamente esperando no deber recalcarla otra vez. Pero la memoria vuela y se deshace, y tras cada remembranza le destilamos sus pequeños detalles anecdóticos junto al deseo de mantenerla pura. Y aquél recuerdo divertido perderá su contenido divertido, pero aún sabremos que es divertido. Convertido en nuestro secreto incomprensible, nos reiremos de esta memoria diluida y devenida en sensación.
Quizá escribiendo con viveza no se pierdan los pequeños detalles anecdóticos. Me causa gracia y pena quienes dan por sentado poder recordar eternamente. ¿Tan despiertos se creen? Por supuesto, dormido uno puede creer cualquier cosa.

lunes, agosto 31, 2009

Hermoso es el placer de estar equivocado, pero para disfrutarlo debe reconocerse que se ha cometido una equivocación. Ese descargo de terminar con aquello cada vez más torcido, y también con la oportunidad de remediarlo antes de torcerse, pues ya encontrada la equivocación bien torcido se está. Irremediable equivocación, ese placer de haber transgredido la línea creyendo estar en lo correcto, rastreando pistas supuestas, situación por la que una vez concluida te ofreces paliativos, revolviendo tus memorias en busca del error y regodeándote de cuán lejos te fuiste de la línea, y qué tan interesante fue tu mundo equivocado, fantasía que entiendes mejor que nadie y será tuya por siempre, tu propio universo. Como una obra de arte, que incluso erigida y construida por mentiras, sin importar cuán engañosa sea, no puede mentir, es lo que es y tú verás lo que veas, o lo que sea que hagas con ella. A menos que no la consideres arte, que es lo que harán quienes sepan tu equivocación y persiguen lo correcto. Además, reconocer la equivocación es tener la certeza de haber estado equivocado, un simple ejercicio de voluntad que te devuelve a un estado previo pero seguro. Más difícil es estar en lo correcto y que te crean equivocado, una prueba terrible de querer mantener tu posición. Pero puedes dormir plácidamente y con tranquilidad si das cabida a la idea de que al final, allá a lo lejos, estábamos todos equivocados.
Pero este es un placer que requiere esfuerzo. Debiste buscar lo correcto, y la calidad de esta búsqueda es la calidad de tu equivocación.
Estaba equivocado. No dije siempre la verdad porque no quise o porque no la conocí. Tener una preocupación menos parecía algo bueno. Quizá siempre estuve enfermo y torcido. ¿Y desde hace cuánto estamos equivocados?

viernes, julio 31, 2009

Él nos observa parado frente a la estufa y nosotros lo observamos a él, protagonista. Morirá demasiado joven. Tiene alrededor el brillo de estar pasando el vano de una puerta desde un cuarto muy oscuro hacia uno muy iluminado, y lo miro desde el oscuro. Se percata de esto y me pregunta cómo se ve alguien que pronto va a morir, si tiene algo así como un sentimiento épico. Le respondo que siento claustrofobia temporal, encerrado en demasiado poco tiempo, y que efectivamente lo veo pasando una puerta, eligiendo las palabras, expresando enseñanzas y tareas escondidas, todas para nosotros. Que de forma tácita está por arriba nuestro. Él asiente. Sabe que ya no puede dejar la huella que quería dejar. Como sus amigos, intelectuales a nuestro modo, imagino que debemos continuar su obra, y de ser así, sabe que no tiene ningún control sobre las direcciones que tomemos. Lo imagino, por este desprendimiento de responsabilidad, liberado e, incluso, contento. Pero al pensar con menor profundidad el está ahí, visiblemente queriendo quedarse. Uno de nosotros le dice que se ve bárbaro, a lo que él responde con sus conceptos sobre la belleza, lo bueno y lo malo, su comprensión de la vida y lo que vemos de ella; demasiada respuesta, demasiado vivo. Reacciono, así que les pregunto si quieren algo de beber, me dan sus elecciones, preparo las bebidas, tomo una lapicera, un cuaderno, un micrófono y una cámara. Realmente sucede. De alguna manera, hay que registrarlo.

martes, junio 30, 2009

Se mueve, por lo tanto, existe. Por lo tanto, uno solo no puede existir. Por lo tanto, para que haya existencia, se necesita más de un elemento.

domingo, mayo 31, 2009

Estoy totalmente descontrolado, desconado, desastroso. Mucho más alarmante aún por el nivel de tranquilidad de mi descontrol, como navegando lentamente hacia las rocas, coqueteando con el naufragio. O quizá, la analogía más precisa es que el barco es demasiado grande para un solo tripulante. Eso es, el barco es mi imagen, mi cáscara, y es un monstruo, otra vez, un maldito monstruo. Sabía que pasaría de nuevo, pero no pensé que sería tan rápido. Demasiado rápido y yo tan lento... y barato. Mi pesadilla más recurrente es no poder correr, queriendo con todas mis fuerzas, inclinándome hacia adelante, casi escalando el suelo, paso a paso. Al menos, con veinticinco vueltas al sol, giré y no había nada ni nadie persiguiéndome, mis delirios de grandeza se tornaron en la desesperanza de la insignificancia. Pero las pesadillas son entretenidas, y suceden al dormir. Más molesto es ir a dormir. La conciencia tranquila, pero tanta ansiedad, tantos estallidos espontáneos. Obvio, sólo y sin distracciones ni ruidos, no hay nada que disimule semejantes rocas.
Consecuencia de esto, algo que me molesta mucho es que doy razones para que mi familia pueda decir «adiós, hermoso potencial». Me encantaría decir que es todo parte de un esquema o proceso, pero no puedo. Y de alguna manera, Batman se convirtió en mi mejor aliado para generar ruido.
Hace unos días pensé algo que me resultó terrible. Había personificado a la supuesta realidad omnisciente, e instantáneamente ésta se reía de nosotros. Todo nuestro conocimiento es una imagen muy vaga, espectacularmente incompleta para un ser omnisciente, tanto la ley más verificada como el arte más brillante le resultarían tremenda pelotudez. En este sentido, nuestro conocimiento es un emulador de la realidad, y nuestra creatividad, un simulador. Ella sabe todo de nosotros, y nosotros nada de ella. Es un misterio permanente. Se me ocurrió que podríamos nivelar la balanza al entender cómo funciona, dando las definiciones de las que surgen todas la demás definiciones, un golpe mortal a un ser inmortal. No podríamos eliminar el misterio porque no podemos serlo todo para saberlo todo, pero tendríamos mejores herramientas para poder definir lo que necesitemos definir. Sería un peldaño más en una escalera infinita. Aún así se reiría de nosotros. Aún sabríamos muy poco. Muchas heridas mortales por las que el misterio inmortal no puede morir. Podría, pero no puede. El conocimiento conoce su techo al conocer su incapacidad para revertir su propia desaparición. Pero, entretanto, descubrimos, vivimos, y risas de fondo.

martes, mayo 12, 2009

¡«Me querrás para pensarte...» cumple hoy seis años! ¡Fiesta! Y festejemos. Festejemos porque ya no queda nada por qué festejar. Sólo hay lo que hubo siempre, nada nuevo ni nada más. Siluetas opacas, ya sin brillo, desvaneciéndose en nubes. Cuesta cada vez más unir los puntos, y muchos ya son difíciles de recordar. Nuestras vidas crearán estelas por las que nunca será posible conocer las naves que las causaron. Festejemos y desvirtuemos todo por unos momentos, porque no hay nada de qué festejar. Que quien quiera se invente un motivo, nadie más lo necesita escuchar; y mis sinceras felicitaciones al que no tenga que inventar.

jueves, abril 09, 2009

Es raro otra vez esta situación de despertarme y no hacer absolutamente nada. Todo ha mejorado pero no tanto como esperaba respecto a la cantidad de tiempo que pasó. Así que escribo algo mínimo acerca de su cara, la sonrisa irrepetible, como para sentir más aprovechado el día. Sí, todo un día aprovechado al hablar de un instante precioso, derivando en esto, nuevo, pero sin pretender valer más. Ví esa sonrisa irrepetible y era suya, un regalo. Para mí, formada desde una expresión ya olvidada, con los ojos tiernos, en un lugar que podría ser cualquiera. Podríamos jugar con el tiempo, verla de todos los ángulos, conocerla completamente, pero esos serían datos extraños, no hay nada que hacer. Es mía y no la tengo, no puedo expresarla, apenas puedo recordarla, un análisis no cambia su valor.

martes, marzo 31, 2009

Hay tantas sucesos, no se puede hablar de todos. Un poco de inspiración, algo de imaginación, una pizca de soberbia, y ya estamos en los aires otra vez, probando, desaprobando o corroborando minúsculas teorías de una idea mayor aún no expresada formalmente. Observando gente siendo barrida entre asuntos, esas personas atrapadas en la escoba. Oh, ustedes, graciosas criaturas atareadas. Ahora entendemos a los dioses, ellos son iguales a ustedes salvando hormigas. ¿Cómo explicarte que no hay motivaciones profundas en salvarte o no salvarte, en joderte o no joderte, que su interacción contigo fue por una idea casual, del momento, porque sencillamente se les ocurrió? Y encima crees que a los dioses les importa si te pisa o no un gran zapato. Y además piensas que siguen tu vida como si fuera una historia interesante. Nuestras escalas son tan pequeñas. Has salvado y matado hormigas, pero no te consideras contradictorio, porque no tienes un principio, una idea, sobre qué hacer respecto a las hormigas, después de todo, sólo son hormigas. ¿Cómo explicarte tu pequeñez y la poca importancia de tus valores desde aquí arriba? ¿Cómo explicarte que arrancarle las alas a una mariposa o los brazos a un hombre no generan grito suficiente que sus oídos registren como un dolor insoportable? ¿Cómo podría explicarte que no importas si lo hiciera desde tu misma escala? Encuentra algo de inspiración, usa la imaginación y una pizca de soberbia, sube a estas alturas, observa, y saca tus nuevas propias conclusiones.

domingo, febrero 08, 2009

¿Cuándo "sí" y "no" significan lo mismo? Una pregunta clave. En realidad, podríamos decir que son dos preguntas, y las respuestas son dos. La más usual es con la mirada hacia el futuro, la consecuencia: "sí" y "no" significan lo mismo cuando el resultado de elegir uno y no el otro sea el mismo. La otra respuesta, la que más me interesa ahora, es con la mirada hacia atrás, la causa: "sí" y "no" significan lo mismo cuando la elección entre uno y otro es arbitraria, entendiendo la arbitrariedad como una concatenación de azares; o sea, una elección azarosa.
Algo menos importante para mí, pero más divertido, es pensar que una elección no significa nada en ningún momento, cuando fue tomada de forma azarosa y su resultado fuera el mismo sin importar lo que se eligió. Esto es a fines prácticos, ya que, estrictamente, todas nuestras decisiones son arbitrarias.

jueves, febrero 05, 2009

Sales a ganarle a la brisa, jugando a resistir su empuje, una vez más. Sólo una vez más, como si fuera la primera y la última, irrepetible. Sientes la mano firme de un adulto envolviendo la tuya, su guía a través del aire, llevándote como a un turista por un recorrido precioso. Y su mano es necesaria para no convertirte en una boya y quedarte atrapado en el mismo lugar. El aire corre en todos lados, y así te resulta natural no quedarte parado. Mañana saldrás sólo a leer las brisas, ver dónde llevan, cerrando un puño al reconocer el camino, mirando alto, desvanecido en afecto.

sábado, enero 31, 2009

Pasó rápido, inesperado, inadvertido. Posiblemente para no tener que dar explicaciones. Probablemente para ser más mito que historia. Pero pasó, estamos bastante seguros de ello. Para pasar primero precisas prepararte, pero para prepararte precisas paciencia. Pero es un engaño, mientras más preparado, peor. Preferiblemente, es mejor andar con la boca cerrada, sin mirar a los lados y manteniendo el rumbo y la respiración. Por supuesto, los imprevistos ocurrirán. Pero estas son todas patrañas, puras patrañas, lo que realmente necesitas es no pertenecer. Pertenecer es lo peor, te une a todo. Pegamento detestable.