lunes, mayo 31, 2004

"Conclusiones del mes"


Reflexiones del mes de Mayo que pasó:

-Buen mes, como había predicho. Nada muy sofisticado, sino simple y efectivo.
-Fui a Elespacio con dos amigos a sacarle viruta al piso escuchando a Lalann y nos comimos el bodrio de nuestras vidas. El lugar estaba vacío, la música era malísima y nunca la terminaba, era siempre lo mismo. Lo que no entendí nunca es porqué se la agarró con la gente que asistió, ya que además de la música mala, el volumen subía de golpe como si nada, además de haber cortado todo y dejarnos en silencio en un momento; hubo abucheos, por supuesto. Cuando Lalann se fue y la música empezó a repetirse... ¡a repetirse!, nos fuimos. Malísimo, espantoso. El lugar sí está bueno, donde se pueden ver desde la pista las oficinas y la sala de transmisión de la X4.
-Para volver a nuestras casas tomamos un colectivo, el cual estaba bastante vacío. Subí último, luego de pagar encuentro a mis amigos que se reían, no entendía por qué hasta que la vi: una chica de nuestra edad con orejeras peludas rosas (como no estoy seguro de que se llamen orejeras, les digo que eran dos grandes bolas rosas de tamaño mas grande que un alfajor, peludas como peluche, unidas por una bincha que pasa sobre la cabeza) jugando con un jueguito electrónico. Pobre, aunque ellos nunca dijeron nada ella se daba cuenta, miraba hacia nosotros y después seguí con su jueguito. Lo peor era que después nos reíamos de lo que hablábamos, no de ella, pero ya no había nada que hacer. Y era re linda... los pompones le quedaban bien. Yo quiero una novia que use pompones en la cabeza y viaje en colectivo con ellos. Y me bajé primero, no sé porqué este dato me parece importante.
-Escribí excesivamente poco este mes, no sé que me pasó.
-Acá lo tengo: Sim City 3000 World Edition, que lindo, hacía mucho que no pasaba un buen rato con este juego.
-Se viene Junio, será muy bueno, yo les digo.
-Enfermé a casi toda mi familia. Papá terminó destruido y mi hermana también estuvo mal.
-Yo estoy bien, mejor y creativo. Sin ser altivo, uso color y lo hago bien.
-Que cortitas conclusiones, cosa mía. Estúpido yo.

domingo, mayo 30, 2004

No, nunca estás solo. Cuando te adviertes sin nadie de confianza siempre aparece alguien inesperado a darte una mano, porque nunca estás solo. Incluso si esta persona no está cerca, no significa que se olvidaron de ti. Incluso cuando tu corazón late en soledad no estás solo, porque el recuerdo de corazones pasados y la fantasía de los nuevos no lo permiten. No, nunca estás sólo, porque aunque te desconectes del mundo un largo tiempo aún estará esa presencia que hace que hables en plural cuando hablas contigo mismo. No, nunca estás solo, porque aunque calles tu conciencia siempre estarán todos tus demonios para acompañarte y torturarte, en tu cabeza, donde siempre estamos todos, en tu cabeza.

martes, mayo 25, 2004

No estoy volando de fiebre pero estoy a punto de despegar, razón por la cual no escribo hoy nada de lo que quiero escribir y por la que no escribí ayer tampoco, cuando comenzó el dolor de cabeza que me está poniendo chiflado. Por si querían saberlo, cosa que dudo, me sale flema hasta por los poros y estuve casi todo el día en cama. Hace un momento me nebulizé con lo que logré destapar mis dos fosas nasales, efecto que se está revirtiendo con cada respiración. Y la tos, esta maldita tos, estoy podrido de desinflarme a cada rato. No quiero decir mucho mas, simplemente les comunico que estoy hecho una piltrafa.

domingo, mayo 23, 2004

Llueve oblicuamente, acabo de darme cuenta de cuán hermoso es mi color de pelo, me encuentro mas vanidoso que de costumbre, no hice nada en todo el fin de semana y vi a Jarno Trulli ganar su primera carrera de fórmula uno. Es todo tan tranquilo, recién noto ahora que el constante murmuro externo ha perdido su poder estridente y es digno de escuchar, provocado esto por la mudanza hace unos días de unos vecinos de la esquina de mi pasaje, vecinos que mantenían constantemente a sus tres enormes perros en el minúsculo jardín del frente de su casa, lo que les confirió a estos un estado neurótico de ladridos que podían ser provocados por la caída de una pluma. Ahora los crueles han dejado de alquilarla y se han ido, y ni siquiera noto sus sombras en la casa que ahora está en venta. Verla ahí sola y saberla vacía reduce todo a calma, creo incluso que estas ganas de suspirar son un intento inconsciente de reducir mi ritmo de latidos de manera que coincidan con la serenidad que desde mi ventana parece haberlos atrapado a todos. Generalmente, con un poco de tensión toda esta tranquilidad imperturbada sería lo suficientemente intrigante como para causar, murmuro a murmuro, un miedo de que todo se torne violento en el instante en que me encuentre mas desprevenido, lo cual me obligaría a prevenirme aumentando así mi tensión, y luego el miedo, y luego mas prevención, hasta que la tranquilidad se vuelva tormentosa; pero no es el caso de este momento, no, me siento liviano y sólo la disfruto. Me pregunto quiénes comprarán la casa, cómo serán mis nuevos vecinos, cómo será mi relación con ellos, aún cuando la relación con mis vecinos actuales es puro mutismo de mi parte. Bueno sería que se mude alguien de mi edad que me resulte interesante, alguien de mi agrado, de personalidad algo extraña.

sábado, mayo 22, 2004

"Uh, éste el decimotercero, el trece, la mala suerte, después de éste son todos fáciles." Para el decimocuarto largo sin parar en la pileta ya estaba delirando. Pensaba nadando que si el dolor físico podía ser tan tremendo, el dolor mental, por llamarlo así, debería de ser aún mucho mas espantoso, más aún para mí, que es en donde paso mas tiempo, como huyendo de todo este material. Por suerte el decimocuarto fue el último largo, de ahí en adelante descansé tanto como pude.

miércoles, mayo 19, 2004

¿Eras vos de espaldas, caminando por ahí, vistiendo igual que siempre con ése a tu lado? Y tus llaves colgando de tu mano, con tu paso de pato y tu pelo desordenado. Eras vos, estoy casi convencido. Te pasé y me viste, ni sé si me reconociste, yo también estaba vestido igual que antes, todo igual, y me odié por eso. ¿Por qué no pude vestir otra cosa? ¿por qué tuviste que verme así, igual? Había sacado otro pantalón del placard pero me decidí por ese, el que solía usar tanto. ¿Te habrás dado cuenta que sigo igual que antes? No quiero que lo sepas, no quise darte esa impresión. Creo que estás un poco mas alta, pero igual, terriblemente igual, sin cambios, como si nos hubiésemos quedado en el tiempo. Mi corazón no latió de más, no sentí casi nada, creo que lo que más me importa de esto es darte una tremenda imagen como si hubiese triunfado y fuera feliz, no mucho más. Tengo miedo de que siquiera sospeches cómo estoy, si es que te importara. Si sólo supieras que estaba yendo a natación, creo que estaría mas relajado.
Iba a limpiar las antiparras que me dieron mis primos con un poco de alcohol, no había notado antes la capa de grasa que se acumuló con el desuso en que estuvieron tanto tiempo. Acerco una lámpara a la mesa para ver mejor, limpio las antiparras, les saco el alcohol en el baño y vuelvo a mi cuarto. Lo raro es que la lámpara que llevé a la mesa estaba apagada, como lo estuvo siempre. Y nada, o me olvidé de necesitarla o la creí encendida, no sé. Quizá se pregunten a dónde voy con esto, y la verdad que no sé, a ningún lado, probablemente. A veces me parece que todas estas cositas de nula trascendencia que escribo son como piezas disfrazadas de un rompecabezas que al ser armado por alguien que las lea dirá algo, no sé qué, tal vez una explicación, quizá una solución, algo de mí. Me gustaría poder armarlo solito, pero estoy parado en la mesa y no veo bien las piezas y, además, soy tan bajo como ellas, alguien desde arriba debe de verlas mejor, espero.

lunes, mayo 17, 2004

Dice así: "Estaba ocupado, archivando una vez más todos mis pasados en la caja fuerte. No era mucho en realidad, pero tenía que guardarlos con cuidado. Eso sí, son bastantes hojas; acá, por ejemplo, está el recuerdo de cuando caí de la bici allá en Devoto, tremendo vuelo. Sí, a ver... Sí, manos, codos, rodillas y antebrazo derecho rasguñados, codo derecho dolorido, cintura dolorida en su lado derecho, leve dolor en la rodilla izquierda, cortes sangrantes varios en piernas y antebrazos, dolor corporal general. Bicicleta casi intacta, mostrando sólo un corte profundo en su manubrio. Y después seguí andando un rato largo, de alguna manera me sentí heroico. Acá hay otro de una época similar... Sí, ella, mejor guardarlo. Me acuerdo que antes ella también guardaba cosas, incluidas sus memorias, en algún tipo de cajón. Me parecía poco seguro, cada vez que trataba de tocar el tema con ella me decía que era mucho más cómodo que estén ahí, donde podía recurrir a ellos rápidamente, y no en una caja fuerte, donde el proceso de abrirla sería extremadamente tedioso, tanto como para desistir en la apertura cuando se sintiera cansada. Bueno, luego de un tiempo todo terminó, pero nunca, nunca dejé de quererla. Olvidarme de ella es algo que me resulta complicado, es muy difícil desprenderse de algo, y también lo es que ese algo se desprenda de uno. O sea, digo que no la recordé en todo el día y entonces pasa algo, un color, un aroma, un lo que sea que enciende la memoria y me repite la misma historia otra vez. A eso me refiero con lo de que también es difícil de que el recuerdo se desprenda de uno. Algún día lo tiraré por ahí, claro, quizá lo queme, pero no será hoy porque no estoy listo y hoy es un día demasiado normal, nada de especial, ningún cambio. Todo a su tiempo, sin apurar nada, se podría decir que es mi lema. Bueno, decía que guardaba sus memorias en un cajón y después nos alejamos. Pasó el tiempo, años sin vernos, y hace poco la encontré. Ya estamos más maduros, así que los rencores ya estaban disueltos; el tiempo le había caído bien, es toda una mujer, aunque sus gestos siguen siendo los mismos. Me alegro egoísta de saber que se cuentan con los dedos de las manos las personas que reconocen en sus gestos a la chica de unos años atrás. Yo le preguntaba de todo, ella estaba muy callada. Me dijo que al poco tiempo de separarnos tiró el cajón, y con él los pocos archivos que estaban ahí, que eso era lo bueno de no usar la caja fuerte. Y en esos estaba yo. No supe bien qué hacer, no me enojé ni nada, pero sí estaba muy decepcionado. Me fui nomás."
Hace años de este archivo que encontré bajo la cama, qué increíble cómo sucede todo y cómo la memoria se apaga. Hoy me llevó a su casa, donde dentro de la baulera hay un viejo escritorio, con el famoso antiguo cajón, y los archivos de siempre dentro, donde siempre estuve yo. No sé por qué los escondió, no sé nada de nada, me debe demasiado tiempo y no sé donde dejé la caja.

jueves, mayo 13, 2004

Mi look el día de hoy es el mismo que tiene Sirius Black en el trailer de la tercera película de Harry Potter. Desastroso. Lo tuve que decir, lo tenía atragantado.

miércoles, mayo 12, 2004

¡"Me querrás para pensarte..." cumple hoy un año! ¡Fiesta! Espero que les haya parecido interesante, al menos un poquitito. Supongo que ya tengo el título de Weblogger Veterano Junior, o algo por estilo, ¡me lo gané y me lo tienen que dar! Bueno, no sé muy bien a dónde ir con esto, simplemete hoy mi blog cumple un añito. Muchas gracias a todos, me quedo ahora en mis aposentos a descansar y ver cómo seguir con el próximo post.

lunes, mayo 10, 2004

Lo bueno de sentirme vacío es que puedo llenarme con cualquier cosa.

sábado, mayo 08, 2004

¿Nunca viste de chiquito el piso de un colectivo siendo iluminado una y otra vez por las luces de la calle? Cuando las sombras de las ventanas, los tubos y los asientos se movían en repetición, y las zonas iluminadas en el piso se llenaban de centellas, siempre según el movimiento, reemplazándose hasta que algún semáforo le dejara a algún farol quedarse por un tiempo. Niño hasta girar en una esquina, cuando todo cambiaba un poco.

viernes, mayo 07, 2004

Ayer a la mañana operaron a mi mamá de un fibroma, o un quiste, en el útero o cerca de él; realmente no quería saber exactamente de qué se trataba, es feo esto de sentirla herida y no poder haber hecho absolutamente nada para evitarlo, más cuando se supone que protejo a quienes quiero. Salió bien y va estar bien, fui a visitarla y está todo en orden. Muy raro fue lo de andar escribiendo en el blog cosas como las de ayer y no decir nada, ni tampoco decirlo durante meses; tampoco creo haber hecho mal, supongo que uno dice y obvia lo que quiere, ¿no?, aunque me estaba claro que para quedarme un poco mas tranquilo algo tendría que contar, no hubiese podido saltearlo. Y bueno, nada, eso, ahora a cuidar de ella y que todo siga.
Sentado yo en un colectivo yendo para casa, mi espíritu explicativo hablaba con mi espíritu preguntón, que en ese momento había tomado la forma de mi primo, simplemente porque sí. A veces toma la forma de algún amigo, otras veces la forma de algún amor imposible, incluso suele tomar la forma de una gran multitud, y en raras ocasiones toma mí forma. Esta vez le tocó a mi primo ser el preguntón, mientras yo era el explicativo y un tanto pedante. Ellos decían o decíamos:
-¿Y por qué te veo así, triste, qué es lo que te pasa?
-Lo que me pasa... Verás, soy muy inteligente, lo que me permite saber cosas que otras personas no saben.
-¿Qué cosas?
-No puedo decirte concretamente, pero te lo puedo explicar así: la gente normal, cuando ve una hamburguesa, sólo ve una hamburguesa.
-¿Y? No entiendo.
-Espera, aún falta. En cambio, la gente inteligente, cuando ve una hamburguesa, ve una vaca.
-Creo que entiendo.
-Y la gente inteligente y más despierta ve incluso la vida de la vaca. Entienden que la hamburguesa es rica, y esa ricura tiene un precio. Todo tiene un precio, pero no un precio para ser comprado, sino un precio que se ha pagado.
Bajo del colectivo acompañado de mi primo imaginario, camino unos pasos y veo, en la esquina y frente a la puerta de la carnicería, una vaca falsa tamaño real. Mi espíritu parlante no se contuvo:
-Una de tres, o estamos alucinando, o somos muy inteligentes, o el carnicero quiere hacer a la gente más inteligente.
Mi espíritu crítico terminó la tontería y los mandó a callar. Mi primo imaginario se reía. Yo no dejé de sonreír por un buen rato a pesar de la estupidez, la tristeza se había opacado, al menos por el momento.

jueves, mayo 06, 2004

Recuerda cuerdas del viejo animal, recuerda miembros de ese carnaval; si alguien entiende lo que se siente ser el que nunca pasó, no avise, no diga, no me llame bobo. Con siete ahorcados colgando de la culpa, y catorce piernas a vuelo bajo, no enfrentes tus dientes contra mi inutilidad, no querrás ser su octavo experimento. Recuerda que tienes que volar; recuerda, héroe, que no controlo el odio, no le hagas enojar, no me insultes, no me tientes al escape. Vete ahora, queda lugar, no voy a parar, y si pudiera cambiarme por sus cuellos sanos... no creas tanto en mi, te aseguro que eso es algo que habría de pensar y habría de hacerlo solo.
Una alumna de natación con algunos años mas encima de los que yo tengo está muy fuerte. Otra que empezó ayer, quizá un poco más joven que la primera, está muy fuerte. Y una tercera de edad similar a las otras también está muy fuerte. Son camiones, ¡y qué camiones! ¿Yo? Yo me quedo a un costado de la ruta y los veo pasar. Ojalá algún día atienda en una estación de servicio, quizá un glorioso día les llene el tanque.
Nicolás está cachondo, Nicolás quiere natación, Nicolás está re caliente, Nicolás se va a enfermar si sigue así.
Un camión..., dos camiones..., tres camiones..., ahí vuelve el primero..., y el segundo..., y el tercero..., allá van otra vez... Y encima me sonríen, y encima ahora uso antiparras, o sea que veo clarísimo bajo el agua, por lo que cada vez que llego al final de la pileta tengo al menos un tremendo orto para mirar, es inevitable, y fuera del agua me hago el boludo y evito tanto como puedo esos culos monumentales, me están volviendo loco. Y querida, ¿qué hacés? ¿por qué elongás? Nadie elonga un músculo y vos elongás formando un ángulo recto casi agudo entre tu espalda y tus piernas, con el orto en el aire y yo al lado. ¡Basta! ¡No, sigan! ¡No, basta! ¡Sigan, no me escuchen! ¡Sí, sigan! Total, soy un santo sin alas, sigan, sigan.

lunes, mayo 03, 2004

Ayer fui a la feria del libro por primera vez en toda mi vida. No compré absolutamente nada, fue mas bien una visita de inspección, trataré de volver en la semana y encajarme algún libracho. La cantidad de gente era impresionante, demasiada como para alcanzar los recovecos donde se encontraba algún libro de interés. Y mi cuello, mi pobre cuello, cómo sufrió el pobre por sostener los libros demasiado bajos. Está buena, espero poder volver con un amigo que tiene una inusitada y repentina hambre de letras y ahí sí comprarme algo.
Qué bello espectáculo hacer mi cama y colocarle una frazada. Sí, qué lindo el frío. Hace unos días caminaba por la calle, respiré hondo y el aire helado entró a mis pulmones, simplemente se me ocurrió, sea cierto o no, que mi clima ideal es cuando me gotea la nariz. Volviendo a mi cuarto, estuve pensando en una nueva forma de ordenar los muebles de mi cuarto que está espectacular. A pesar de ser de ideas raras, supongo que no se me ocurrió antes porque este nuevo orden es extremadamente raro. Lo único que necesito para llevar a cabo mi plan es mucho cable coaxil, otro poco de teléfono, una mesa o plataforma pintoresca de menos de treinta centímetros de alto y muchas ganas, nada mas. Lo único complicado es encontrar la mesita, pero si lo logro voy a tener un cuarto cinco estrellas casi seis. De alguna manera es gracias al frío, no sólo por refrigerar mi acalorada cabeza sino por obligarme a agregar la frazada, que me dio ganas de agregar orden.