domingo, junio 24, 2007

Le dio un discurso de tres horas desde el más acá, lo inspiró, lo tranquilizó, le hizo entender que ha empezado bien y que está en la buena senda. ¿Y qué hace él? Algo muy curioso: dice humildemente que si le hubiera hablado desde el más allá, por lo selectivo del mensaje no estaría diciendo nada humilde. Así de maleable es todavía.