jueves, enero 24, 2008

Hemos presenciado muestras de mi mediocridad, estupidez, egoísmo. De hecho, alguien con demasiado tiempo libre podría incluso medir cuán miserable soy según pasa el tiempo. Defectos me sobran como para imposibilitarme catalogarlos a todos, no obstante puedo sospechar sus características generales. Pero los peores son los totalmente desconocidos, aquellos que nunca serían míos, y estar forzado a aceptarlos. Dudo haber conocido peor forma de conocerme que desconocerme.

martes, enero 01, 2008

Nadie sabe cuánto me cuesta hacer estas cosas. Nadie. Ni siquiera se nota el esfuerzo de todas mis idas y vueltas buscando la depuración más exquisita a fin de lograr que el resultado sea un mundo capaz de sostenerse por sí mismo. No es justo, merezco algo. Nada espectacular, quizá bastaría con que me reconozcan como a un dios, el mejor, el más útil por ser manipulable.
Nunca nadie acepta mis ideas, creo que en parte se debe a que las propongo en momentos inoportunos, pero bien podría serle conveniente a alguien cuyo cuello estuviera entre mi índice y pulgar tratarme de dios, satisfacer mi hambre de pretenciosa grandeza y simultáneamente bajarme a tierra y hacerme humano con un golpe. No obstante, no me interesa estrujar gente y jamás podría tomarme en serio que me traten de dios, sería algo demasiado... ¿justo? ¡No, jaja, sería completamente estúpido! No sé, en definitiva, lo que quería decir es que... no sé, es olvidable si no te dispones a construir todas las relaciones que son requeridas, pero si las trazas, podrías sacarle el jugo y encontrar algo de valor que no encontrarías de otra forma. ¡Nunca!