martes, marzo 31, 2009

Hay tantas sucesos, no se puede hablar de todos. Un poco de inspiración, algo de imaginación, una pizca de soberbia, y ya estamos en los aires otra vez, probando, desaprobando o corroborando minúsculas teorías de una idea mayor aún no expresada formalmente. Observando gente siendo barrida entre asuntos, esas personas atrapadas en la escoba. Oh, ustedes, graciosas criaturas atareadas. Ahora entendemos a los dioses, ellos son iguales a ustedes salvando hormigas. ¿Cómo explicarte que no hay motivaciones profundas en salvarte o no salvarte, en joderte o no joderte, que su interacción contigo fue por una idea casual, del momento, porque sencillamente se les ocurrió? Y encima crees que a los dioses les importa si te pisa o no un gran zapato. Y además piensas que siguen tu vida como si fuera una historia interesante. Nuestras escalas son tan pequeñas. Has salvado y matado hormigas, pero no te consideras contradictorio, porque no tienes un principio, una idea, sobre qué hacer respecto a las hormigas, después de todo, sólo son hormigas. ¿Cómo explicarte tu pequeñez y la poca importancia de tus valores desde aquí arriba? ¿Cómo explicarte que arrancarle las alas a una mariposa o los brazos a un hombre no generan grito suficiente que sus oídos registren como un dolor insoportable? ¿Cómo podría explicarte que no importas si lo hiciera desde tu misma escala? Encuentra algo de inspiración, usa la imaginación y una pizca de soberbia, sube a estas alturas, observa, y saca tus nuevas propias conclusiones.