miércoles, agosto 31, 2005

«Conclusiones del mes»Reflexiones del mes de agostó que pasó:

-Me siento inocente e ingenuo.
Windows 95 cumplió diez años! Lo usé hasta el año dos mil uno, lo adoro. Si éste no fue revolucionario, ningún Windows lo fue.
-Ufa, el botón izquierdo de mi ratón está teniendo problemas.
-Le daré al mundo de la mancuerna una nueva oportunidad.
-Probablemente poco después haga lo mismo con el mundo de las gargantas gritonas.
-Mi amigo Nicolás es como el dinero, viene y va, y uno nunca llega a tomarlo.
-Mi amiga Maru me llama, jiji, está bueno.
-Es increíble la cantidad de palabras que perdí.
-¿Nunca te pareció que hasta que no empezaras a moverte el mundo seguiría detenido contigo?
-Se cumplió un año del casamiento de mi prima Carolina, fue un día de locos. Y también se cumplió un año de un cumpleaños, que siguió con un día de locos, del cual nunca dije mucho.
-Compré un cuaderno muy bueno, debo estar absolutamente despierto para llenarlo y así continuar con otros cuadernos similares.
-Madre y padre vacacionaron en San Martín de los Andes por diez días; en casa, los fines de semana los disfruté bárbaramente. Mmm, trajeron chocolate...
-Hoy subí las escaleras comiendo lentejas de un bol, la imagen me hizo recordar lo fácil que es hacer algo nuevo juntando elementos conocidos que no suelen juntarse.
-El televisor del placard ilumina mi cuarto con verdadera mística, y si lo dejo encendido y cierro las puertas, la luz entre éstas es verdaderamente terrorífica.
-En la facultad todo sigue igual aunque, aparentemente, mi «chica Solaro» es una ricachona mandona.
-Al parecer, termino este mes con un resfrío incipiente.
-Conocí la biblioteca de mi pabellón, creo que pasaré más tiempo allí que en las aulas.
-Estoy un poco triste y falto de maldad.

martes, agosto 30, 2005

Y hoy Nicolás se fue otra vez, sin nunca llegar a decirle «adiós, vuelva prontos». Y nada, justamente, nada. En serio, nada, miren lo cortito que quedó esto. No es la primera vez que pasa, ya sería fuera de lo común que podamos reunirnos con él y charlar un rato.

domingo, agosto 28, 2005

Ayer volvió un amigo, Nicolás, de Córdoba, con novia y todo. Cené con amigos en casa y después salimos a encontrarnos con él. Y allá estaba, aparentemente igual. No hablamos mucho, no fue una salida práctica en sentido de actualización, pero al menos lo vimos. Fuimos a un boliche y allá quedó todo, y lo perdimos al rato. La cámara lo dijo todo, las buenas fotos terminan justo antes de separarnos.

jueves, agosto 25, 2005

«800 posts aniversario»Qué buena balsa, qué simple que es. Cada tanto alguna olita tira alguna gotita, y está bueno eso, me refresca. Muy lindo el cielo, «de cara al infinito», se puede decir que estoy, o «de espaldas al abismo», también; ciertamente, el que ocupo es un lugar especial. Qué bella noche. Cuando volví a casa dejé abierta la puerta de entrada, abrí las de las habitaciones, y luego seguí con las ventanas. Un gran remolino de aire empujó las paredes de cada ambiente, creo que la casa crecía, y también yo fui empujado, llevado a mi patio flamantemente oceánico. Una persiana fue arrancada por la corriente, se desenrolló y me pegó detrás de las rodillas, caí sobre y con ella al agua y de espaldas, y se endureció horizontal. Sé que esto es un poco raro, lo admito, y sé que quien sigue la corriente no la cambia, pero es todo tan hermoso y brillante y vibrante, aunque tan probablemente peligroso y más todavía ya tan lejos de casa, prefiero disfrutar un ratito más. Hay aromas en estas brisas que dudo poder disfrutar y siquiera sospechar de su existencia en un día normal como los tantos que ya tuve, combinaciones de colores que aunque en sueños éstos no durarían lo suficiente para permitirme apreciar. Es un poco complicado, pero esto de ser arrastrado por la belleza fue siempre algo tan anhelado que no es nada del otro mundo.

miércoles, agosto 24, 2005

Pues sigue llenándose la lista de heridas, las provocadas y las recibidas. Sí, siguen los gritos en los refugios detrás de las pieles, la autocompasión y la lástima. La azul silla ya ha perdido sus apoyabrazos, y la búsqueda intranquila de personas afines se repite en más personas que no llegan a reemplazarse sino a engrandecer el foso de cuerpos mutilados, y allí están los apoyabrazos. Y las miradas de la última persona elegida ya no llegan profundo, pronto será arrojada. Y aquél surco que se extiende por la tierra lejos está de agotar el espacio libre. Y mientras más cuerpos al foso más ancho el surco, mientras más ancho el surco más difícil cerrar la herida, mientras más detalles caen al olvido menos armas para cerrarlo. Sentado en el borde de este gran precipicio supremo, ¿cómo cicatrizo los bordes? ¿Cómo divido penurias en grupos capaces de ser derrotados? ¿Cómo mirar abajo a estos crocantes recuerdos y matarlos si aún no han entendido el porqué de su posición allí? La verdad es que los extraño, y mucho; y obvservando, sentado en la cornisa, no queda mucho más que hacer más que tentarse por el vértigo.

viernes, agosto 19, 2005

Niño, tirado en tu cama, necesitas un día entero para descansar del día anterior, cuando tuviste un ataque de paranoia y sufriste el miedo a las burlas. Piensas que no eres un tonto pero que te comportas como tal, ¿qué es un tonto, entonces? No lo analices más por hoy, mejor divierte tus momentos con asuntos impersonales. Relaja tus preocupaciones. Descansa, niño.

jueves, agosto 18, 2005

¿Hay libertad, cuando se poseen aptitudes y deficiencias tan diferentes a las de un supuesto modelo social dominante, para ejercer las diferencias? Sí, pero ¿es algo práctico a hacer? Incluso el encierro en la celda más pequeña guarda libertad. Incluso aquél, atado de manos en la espalda con la soga ahorcando su cuello, es libre de retorcerse. No es difícil de creer que la libertad total es un ideal y que uno siempre es libre; son las restricciones las que realmente cuentan. Entonces hablemos de restricciones. ¿Cuántas restricciones hay, cuando se poseen aptitudes y deficiencias tan diferentes a las de un supuesto modelo social dominante, para ejercer las diferencias? Muchas, pero uno quizá pueda circunvalar la restricción, lo cual requiere mayor esfuerzo, y lograr crear el camino para accionar. Es esta circunvalación, éste rodeo del obstáculo, el que lo trastorna a uno, tomando la ruta complicada cuando debería ser simple, y esto en caso de haber podido siquiera generar la ruta. Sí, esto a uno lo trastorna, lo sume en la incomodidad de no actuar como uno tendría.
Personalmente, me da rabia. ¿Dónde está mi interés por saludar? No le veo utilidad al saludo y por lo tanto, si no me saludan, no saludo. Pero tengo que saludar, tengo que indagar qué fue de la vida de otro luego de cierto lapso de tiempo de no verlo, sino vienen los reproches, el aislamiento. ¿Debo reír si no me parece gracioso? Claro que no, y si nada de lo que otra persona cuenta supuestamente gracioso me causa gracia, podría tranquilamente mantener una relación estrictamente seria o ni siquiera ver más a la persona sin mayores consecuencias, porque hay muchas personas con quiénes probar. Pero si nada de lo que me cuentan varias personas me causa ni una mueca, soy un amargo y habría de quedar solitario siguiendo lo aparentemente lógico por hacer. Sin embargo, hay gente que me hace reír, y mucho, así que descarto la posibilidad de ser incapaz de reír con otros. ¿Y si lo que me dicen no me parece importante? Entonces soy un plano tarado. ¿Y si no me interesa saber tu nombre? No te lo pregunto, claro, pero soy un irrespetuoso. ¿Y si te hago reír cuando tengo ganas de hacerte reír? Entonces soy un desperdicio, alguien capaz de ser muy gracioso e interesante, pero que prefiere ser malo y hacerte participar en juegos mentales que no se entienden para alimentarse de placeres enfermizos. ¿Y si soy peor que vos? Si soy peor que vos, sos mejor que yo. ¿Y si soy mejor que vos? No, eso nunca podría pasar.

miércoles, agosto 17, 2005

Quería hablar sobre cosas variadas, monedas, cianuro, cometas, lo que sea, pero me encuentro rascando un higo con una mano y manoseando melones con la otra. Estoy también algo letárgico y sedado, si no lo estuviera creo que este sería el tipo de momento en el que desearía que el higo fuera mío y que los melones fuesen de alguna lindura amiga, porque no daría ni una moneda por tocar un par de tetas ni aceptaría ninguna por manotear los testículos de otro. Antes que eso masticaría cianuro, o al menos simularía intentarlo, porque nunca me suicidaría estando bien sobrio, creo yo. Igual da lo mismo, luego que el verdulero mirara al cielo por decirle que caían cometas, salí corriendo con sus frutas.

lunes, agosto 15, 2005

Ya ladran los truenos, espero que asusten por toda la noche y la mañana. Debo quedarme despierto por horas haciendo dibujos y necesito algún entretenimiento que me calme. Una tormenta abundante en buenos ruidos parece ser la solución ideal. Además, en un principio, la lluvia ablanda corazones, cosa que mañana necesitaré; claro está que no siempre es así, también los endurece cuando se recuerdan las amarguras que uno pasó bajo la lluvia con el corazón ablandado.

domingo, agosto 14, 2005

Odio que se crea linda, me complica toda la conspiración. Si no se creyera linda el plan sería abrirle los ojos y demostrarle con los argumentos más convincentes que es linda, de manera de haber sido su gran ventana a un nuevo mundo. De creerse directamente fea, mejor, porque la brecha entre su viejo mundo y el nuevo sería más grande, engrandeciendo en la misma medida su estima hacia mí. O sea, mientras más miserable se sienta, mejor para mí. Pero se cree linda, mucho, así que no sé por qué otro lado canalizaré toda esta maldad.

jueves, agosto 11, 2005

Tengo que dibujar una plaza y me está volviendo loco, mucho. Es imposible representar una y cada una de las ramitas que salen de otras ramitas que se cruzan con otras ramitas, imposible, muy imposible. Es la muerte de un detallista. Si hubiera empezado a dibujar una semana atrás habría sido más fácil, pero ahora es extremadamente complicado... e imposible. Es increíble cómo de un día para el otro se dice «adiós, vacaciones, fue un gusto haberlas vuelto a ver».

miércoles, agosto 10, 2005

Bueno, señores, llegamos; aquí está: la última frontera de este lugar, la que faltaba conocer. En este risco acaba la tierra y siguen solos el aire y el mar. ¿Comenzamos a tirar nuestras piedras para rellenar el abismo y construir el puente? ¿Unimos esta tierra con aquella que esperamos encontrar, si es que este mundo aún nos depara sorpresas, y agrandamos nuestro dominio? ¿Dividimos el mar?

martes, agosto 09, 2005

¿Por qué todo lo que hice tiene una cicatriz? ¿Acaso todo lo que haga tendrá una también? ¿Pueden mis obras desangrarse por tal surco? ¿Caerán los muros rajados en las juntas donde un ladrillo se partió? ¿Cuál fue la masa culpable de la marca funesta en aquél? ¿Y cuál fue la mano que la asió? ¿Y porqué hubo un brazo que lo batió a toda furia? ¿Y qué torso ejerció la fuerza? ¿Y qué mente pudo haber dado tal horrible mandato de destrucción? ¿Quién otro más que yo?, pregunto.

lunes, agosto 08, 2005

Al asearme luego de quitar el polvillo de las paredes de mi hermana, me miré al espejo: con todo ese nevado artificial que tenía en el pelo parecía Andy Warhol, tremendo. Luego de un rato, poco después de empezar con el enduído y bastante más limpio, me miré al espejo nuevamente y encontré, no muy sorprendido, a Peter Gallagher en el reflejo. Al que todavía no hallo, y se supone me parezco, es a Pablo Echarri, yo no sé qué tiene la gente en los ojos para hablar de tal suposición.
«Celina viene y, mostrándome el brazo, me dice: ‹mirá, flaquito, tengo más músculos que vos›. Instantáneamente le retruqué con un ‹y yo tengo más cintura›. Quedó dura como nunca la había visto. Ciertamente, su cara es de lo más dulce que hay cuando se angustia. Pobre, me disculpé arrepentido unas mil veces, ¿cómo pude decirle eso sabiendo la facilidad que tienen las chicas para creer que están gordas?»
Celina despertó del sueño y se dijo, exactamente: «tengo que volver al gym... y él también; es más, ojalá los dos fuéramos al mismo».

domingo, agosto 07, 2005

En definitiva, por el tamaño de la sala, estar en la platea no significa nada mucho mejor que estar más al fondo, da casi lo mismo estar en cualquier lugar, lo cual es bueno. Lo único malo es que me pareció que en los lugares más extremos de cada costado no debía verse bien el fondo del escenario. Respecto a Alita de Posca, me reí largo rato, un poco repetitiva y con detalles algo innecesarios (ojo, no digo que quedan mal), pero muy graciosa.

sábado, agosto 06, 2005

Me voy a ver a Posca en Alita de Posca, al fin, luego de tres semanas tratando de comprar las benditas entradas. Si no me llego a reír, le tiro la platea por la cabeza, si eso fuera posible (estoy en la platea, ejem).

viernes, agosto 05, 2005

Todo aprobado con notas espantosas que no me atrevo a mencionar, todo, al fin: UBA XXIes historia. El segundo cuatrimestre de este año será bastante liviano, sólo dos materias: dibujo y «proyectual 2». Deberé ir a la facultad sólo tres días por semana y, tomando en cuenta que mi simpatiquísima profesora de dibujo dijo que muchas clases serán fuera de la facultad, la cosa se torna aún más interesante. Debería trabajar... ¡o salir todos los días de joda! ¡Wiiii! Últimamente estoy considerando en realmente empezar a desarrollar algún intento de proyecto que acumula polvo en su carácter de abandonado, escribir algo que no requiera un manual para ser comprendido sería interesante (no digan «novedoso», no sean crueles).

jueves, agosto 04, 2005

Ya me parecía raro, mi salud estaba demasiado firme y tranquila, así que, como para recordar la mala racha de los últimos dos años, desperté hoy con espantosos dolores de oído. El otorrinolaringólogo me confirmó que esta sensación de tener el tímpano a punto de ser expulsado a través de mi oreja derecha es una otitis. Tiene un efecto bastante gracioso y extraño, desde el mediodía comencé a escuchar por tal lado una suerte de eco agudo, muy similar a como suena una radio antigua, y soy incapaz de escuchar tonos bajos por allí. Comprobé con un par de auriculares que el supuesto eco era aparente, que se daba porque escuchaba doble y eso daba la sensación de que mi oído derecho estaba retrasado respecto del izquierdo, que funciona normalmente. Se me recetó diez días con antibióticos, lo cual es bastante mejor que mi suposición de que tendrían que rebanarme todo el lado derecho de mi cabeza para terminar con el dolor. En definitiva, tengo efectos especiales, escucho voces robóticas, sonidos latosos... ¡y duele! ¡Cómo duele!

miércoles, agosto 03, 2005

¿Hace cuánto que no hablamos, querida amiga? En fin, asumo que esperas, al menos, una ligera actualización de los últimos detalles de mi vida, y eso intentaré darte. Por supuesto, espero lo mismo de ti.
He conocido muchas mujeres, maravillosas, fantásticas; tan fantásticas al punto de casi ser meras ilusiones. Son buenas amigas e incluso sabias consejeras, e intento con ellas ser de igual utilidad; admito que sólo en contadas ocasiones tengo éxito. Para que no albergues falsas ilusiones, apuro la permanente confesión de que nunca he dejado mi soltería. Mentiría si dijera que no he tenido oportunidad de terminarla y lo haría aún más diciendo que no pude siquiera evadirla con alguna mujer dispuesta a ser engañada con mis excusas; cierto es que, y duele notarlo, no soy bueno creando tales excusas. Dudo grandemente en ser capaz de mantener una relación, más aún una donde no caiga en esa estúpida y enfermiza rutina de prometerle a la pareja amor eterno e incondicional, pues me sé débil para imponer mi punto de vista, y en caso de tener una pareja que me arrastre a tal pozo, terminaría por tocar su fondo. Me sonrío al pensar sobre los supuestos amantes incondicionales, si no hay condición para amar, pueden amar cualquier cosa, y serían arbitrarios de hacerlo sólo con una persona. Bueno, debo irme, no creí que tendría tan poco tiempo. Prometo continuar luego.
Te deseo lo mejor para esta nueva vida que estás a punto de emprender y te agradezco las invitaciones, sé que es un muy buen hombre. Feliz casamiento.

martes, agosto 02, 2005

Guardo papeles viejos, inútiles, sólo por haber presenciado de alguna manera un momento que supongo querré recordar. Y como quiero recordar todos los momentos, guardo precavidamente todos los papeles. Guardaría si pudiera todas mis palabras, para escucharlas luego; haría lo mismo con mis gestos, mejor aún: con todas las formas de mi cuerpo. Incluso lo haría con todos los contextos donde estuve, los detalles minúsculos y los obvios; guardaría cada estado del universo si supiera cómo. Entonces, conociéndolo todo, probablemente me aburriría ahogado en melancolía.

lunes, agosto 01, 2005

No debería hablar, y aún menos cantar, con mi cabeza latiendo como está. Pero ¿qué más hacer?, no parece que en tal condición pueda hacer mucho más, así que lo primero que viene a la mente pasa al aire sin mucha aduana, aunque sí aplico alguna leve tarifa cuando detecto estar a punto de expresar una tontería comprometedora. Las ganancias de tales impuestos son ínfimas y supongo que podré revenderlas luego con un poco más de forma en lugares como éste.