lunes, diciembre 31, 2007

Pará, pará, pará... pavadas no. No me vengas con que la tradición es esta, y que lo usual es esto otro, y que lo que se espera que suceda es tal y tal cosa. No es importante. En serio, no lo es. Tampoco me vengas con que la identidad está en las tradiciones... por favor, eso es muy simplista. Sé que ni crees eso, porque si realmente lo hicieras... pelearías más contra la que sería mi idea para eliminarte. Lo que digo es: no te conviertas en un estereotipo, rompe tus propias paredes, y no me vengas con cosas que ya ni sabes por qué las haces ni corresponden al momento.

viernes, noviembre 30, 2007

¡No me pinchen! Roñosos... Siempre jodiendo. ¡Cesen y desistan! ¿Dónde olvidaron sus modales? ¿De quién es esta aguja? ¡Enfermos! ¡Malditos enfermos! ¡Arrojen el condenado martillo contra la condenada pared y se encontrarán en condenados problemas! O rayen la pintura con sus llaves. O... lo que sea. Están todos contagiados de leydelaselvitis. Y la infección es tan masiva que la primer propuesta de cura no es otra cosa que una inyección de más leydelaselvitis. Quizá alguien sano pueda divertirse de cómo peleamos contra nuestras propias trastornadas y enfermas elecciones. Y desesperanzados veremos el primer síntoma de contagio en el sano cuando su sonrisa se deba a esto.

lunes, octubre 08, 2007

¡Lo haré! Lo sentaré en el patio y le hablaré de aquello que debe hacer porque muy probablemente aquello no fue hecho antes ni será hecho después porque en el único momento en que será posible realizarlo es, según las estadísticas, ahora. Debo explicarle y hacerle entender que un amigo ha comprado un objeto que, armándolo de maneras muy particulares que sólo él conoce, las cuales no puedo evaluar porque no me las comunica, dice que el universo es espacialmente infinito y que, con mayor soberbia, el universo contempla todas las posibilidades. Por lo tanto, todos los sueños habrán de suceder en simultáneo y en diferentes momentos, en diferentes lugares y en el mismo. Dado que éste amigo ha comprado su objeto en promoción junto con una gran bolsa de credibilidad gratuita, debo ahora andar asustando al mundo con mis estadísticas. Hoy le toca a este muchacho desanimado que sentaré en el único lugar de su casa lo suficientemente apartado como para sacarlo de su cómoda seguridad y, aún así, hacerle comprender que estas implicaciones lo perseguirán siempre, incluso dentro de su hogar: el patio. Le diré que debe realizar una acción cuya posibilidad de ser completada exitosamente es extremadamente cercana a nula, pero que la estadística de eventos con posibilidades de tener éxito cuasi-nulas que se han realizado favorablemente indica que, como afirma mi amigo, todo debe realizarse en todo momento y que, por lo tanto, debe realizarlas ahora porque es una ley de mi amigo, y que si no las realiza será expulsado del universo de mi amigo por inepto.
Dado que la bolsa de credibilidad de mí amigo es más grande que la mía, no puedo hacer mucho más. Lo llamé y le dije: el universo no puede contemplar todas las posibilidades, amigo, de ser así todo sucedería en todos los instantes y en todos los lugares, provocando un bloque macizo, completamente saturado, inmóvil, sin tiempo, con todo en todo lugar; y esto es absurdo, se refuta con sólo respirar. Él dijo: tonto, ¿cuántas vidas piensas vivir?; crea tu propio universo y vívelo, deja de meterte con los demás: estás rompiendo cosas que ni siquiera existen.

domingo, septiembre 30, 2007

Es demasiado triste ver tu personalidad diluirse en la falta de tiempo. Careces de instantes para marcar tu diferencia.

miércoles, agosto 29, 2007

martes, julio 31, 2007

Es un pobre idiota, un inútil zángano al que pocas veces puede vérselo mejor de lo que permiten sus persianas. Siempre encerrado, perdido en aquella casa tan cercana como difícil de recordar por dentro. ¿Cuanto tiempo pasó desde la última vez que me invitaron a pasar por motivo alguno? Dicen que empapelaron los dormitorios.
Sus apariciones mirando por las ventanas son casi tan perturbadoras como al momento de desaparecer de éstas. Estar en la calle y observar cómo se pierde de vista dentro de la casa no disminuye su presencia, más bien, la reafirma; es inevitable personificar la casa y huirle, pues mira y escucha, quieta, rígida, pero indudablemente viva.
Lo que recuerdo de su dormitorio, de la época en que él era solo un niño tímido y callado, es algo difuso. Una cama, una gran cajonera y unas repisas, una áspera alfombra verde y un empapelado muy desgastado de algún tono verde oliva, creo yo. Y la cartuchera de lata, verde. No logró esconderla de mi vista; estaba cerrada cuando entré, pero su cara se tornó tan verde como ésta de sólo verla, de conocer su existencia. Ni quiero enterarme de qué guarda allí ni desde cuándo lo hace. Sólo un niño perverso puede tener algo que esconder a tan temprana edad. Lo sombrío deja de serlo al salir a la luz, y él ha elegido ser así.

domingo, junio 24, 2007

Le dio un discurso de tres horas desde el más acá, lo inspiró, lo tranquilizó, le hizo entender que ha empezado bien y que está en la buena senda. ¿Y qué hace él? Algo muy curioso: dice humildemente que si le hubiera hablado desde el más allá, por lo selectivo del mensaje no estaría diciendo nada humilde. Así de maleable es todavía.

sábado, mayo 12, 2007

¡«Me querrás para pensarte...» cumple hoy cuatro años! ¡Fiesta! Alquilé un rancho alejado, lindo, algo viejo y derruido, pero suficientemente espacioso como para albergarme y a la torta. Tomé cuatro velas y las dispuse sobre el recubrimiento de merengue, clavándolas bien profundas; entonces dejé así la torta por unos pocos de segundos para que se asentara su flamante carácter festivo. Apenas creí que se asentó bien, tomé las cuatro velas y las arrojé como dardos contra una pared del rancho; el ruido que hicieron al chocar pareció compañía. Continué el rito aplastando la torta con mi cara, y con mi nariz ensartada en la capa de bizcochuelo concluí que me quedó demasiado seca, faltó almíbar.

lunes, abril 16, 2007

Ni siquiera se dignó a decirme dos palabras, ni un "te quiero" ni un "te amo", ni siquiera un "te odio": nada. ¿Estaba pidiendo demasiado? ¿Acaso creyó que le reclamaba explicaciones, creyendo a su vez, estar consecuentemente acorralado? Porque siempre que le pregunté el "por qué" miró al costado, y por una sencilla razón que a lo largo del tiempo me he resignado a aceptar, aunque no la he dejado de combatir; la razón es que sus actos no son comprensibles ni siguen un sentido común. De hecho, creo que sus actos sólo se siguen entre sí linealmente en el tiempo pero en ningún otro ámbito, ya que ni siquiera parecen pertenecer a una misma familia de actitudes, cada uno es como una primera y última vez. Si así fue, pues, me entendió mal; no pedía explicaciones.
¿Me ocultaba algo? Pues, a esta altura, ¡ojalá me oculte algo! Ha sido una persona tan silenciosa desde que la conozco que he llegado a la hipótesis de que simplemente no piensa, es un buen hombre, pero no piensa. Su continuo instinto de ser lo menos problemático posible con toda persona lo ha arrastrado a tener opiniones a las que si uno presta el suficiente grado de atención, notará la ambigüedad intensa que las domina, relegándose a sí mismas como meras acotaciones que no agregarán ni quitarán puntos de vista sobre un tema dado. No pretendo divertirme pero tampoco aburrirme, y si la pretensión de la perfección es algo noble, entonces, conociéndome imperfecta quiero conocer sus pensamientos imperfectos, alguna idea radical sobre cualquier asunto irrelevante que defienda por el mero hecho de defender, y entonces sí encontraré divertida su pretensión de la perfección sabiendo que él también conoce que es imperfecto y que juntos batallaremos tal absurdo de dejar de ser nosotros mismos. Pero si no da cuenta de su imperfección y mucho menos procura defenderse, el asunto se torna rápidamente aburrido. Así que pretenderé, como desde el primer día, que no me oculta nada, y aún teniendo intacta esta hipótesis que tanto quiero ver refutada.
Le pedí dos palabras como pude pedir tres o cuatro o veinte, quería que él dijera algo, no quería que me impresionara ni que me revelara una gran verdad universal; pudo haberme dado una o quince palabras y yo lo habría aceptado y dado la consigna como completada correctamente. Luego de largos segundos creí que se habría encerrado en las dos palabras y hubiera respondido un "no sé", pero sólo bajó la mirada y besó mi hombro. Lo odio cuando hace estas cosas, realmente me resulta algo de lo más estúpido, pero admito que siempre se gana otra oportunidad.

lunes, abril 02, 2007

Como de la nada salió toda esa carga inmensa que se aferró a tus hombros, y sin saber qué más hacer, vas constantemente al baño a hacer pis para aligerar el peso, y como el peso no se va, te desnudas y te bañas, y como la carga no se desprende, te acuestas y la repartes más uniformemente sobre tu cuerpo, pero te hundes y se hace incrementalmente más incómodo, así que cambiarás varias veces de posición hasta despertarte sin descanso, inflando y desinflando tus pulmones sin saber para qué harás esto mismo otra vez, ya que eres incapaz de levantar la carga.

sábado, marzo 31, 2007

Ya había muerto demasiadas veces y aún así pretende abrir la boca, mover los labios. Su existencia se ha resumido a rebotar contra todo, a no lograr cambios, a no mover nada; un objeto enorme de masa ínfima. Toda ayuda que le proporcionamos sólo agrandaba su tamaño; se volvió demasiado grande para sí mismo, así que últimamente sólo lo observamos morir. Jamás vi algo tan triste y trágico como esto, con él derramado sobre sí mismo, su entorno en contra, y aún así pretendiendo abrir la boca.

sábado, febrero 10, 2007

He descubierto algo. He llegado a dos definiciones. Podremos definirlo todo.
Los he subestimado demasiado; debo, por lo tanto, encontrar nuevas formas de decir exactamente lo mismo. Me pregunto cómo sería hablar de algo y lograr describirlo sin referencias directas a ese algo. Creo que sé dónde tengo las herramientas para hacerlo: lo que inició la idea de los conjuntos y los elementos, la estructura y el contenido. Sustantivos y adjetivos, más de lo mismo.

domingo, enero 28, 2007

¡Feliz cumple a mi preciosa! ¡Te adoro, bebé!
Por otro lado... me llevas dos años de diferencia... ¡robacunas! Jiji, te quiero.

sábado, enero 20, 2007

No sé lo que estoy haciendo, simplemente no lo sé.
¿Qué es lo que te pasa, muchacho? Vas en contra de lo que querías hacer. Quédate donde debes, y no te vayas otra vez.
Es lindo de decir, y puede que no lo diga otra vez en mucho tiempo, así que me permitiré disfrutarlo en esta última oportunidad.
Te amo. Como a nadie. Amor, saber que te veré me hace estar contento, aunque ya vivo contento de saber que estás en algún lugar. Siempre pienso en ti, Natalí, y por ti soy afortunado como nadie podría serlo jamás. Preciosa. Te adoro. Te quiero. Te amo. Simplemente te amo.

jueves, enero 11, 2007

—¿Y cómo van las cosas por acá?
—Ni idea. Pero por allá van bárbaro.

lunes, enero 08, 2007

¡Mañana empiezo a trabajar! Espero que sea un trabajo tan bueno como creo que es, porque, aunque repetitivo, parece interesante. Y a mi bolsillo también le interesa, jeje. Es bueno empezar el año así. ¡Podré comprarme peluches enormes!

miércoles, enero 03, 2007

Hoy comí hasta llenarme los pulmones, el aparato digestivo se había saturado en poco tiempo. La nueva rutina en el gimnasio está bastante buena y exigente, lo cual la hace doblemente buena. Y estoy pensando mucho en el partido del viernes. El anterior lo perdimos inesperadamente trece a doce, y se sintió injusto, habíamos liderado en la mayoría del tiempo. Así que se viene la revancha. Y que se preparen, porque les daremos caña sin cesar. Lo mejor es que nos estamos organizando algo más, y probablemente nos compremos camisetas oficiales para cada equipo. Se está armando una rivalidad épica.

martes, enero 02, 2007

¿Qué hacés? ¡Ah, no! ¡Eso sí que no! ¡Bajate ya de mi carrito! ¡Fuera! ¡Afuera digo, caramba! ¿Quién sos para subirte, eh? ¡Nadie! Este es mí carrito que solo tiene lugar preparado para mí tipo de gente, ¡así que fuera! ¡Afuera! Vos subite a aquél aparato colectivo para gente fofa y sosa y boba, ése que parace repleto pero donde siempre entra más gente. ¡Fuera de mi carrito! ¡No merecés pisar esta preciosura elitista!

lunes, enero 01, 2007

Natalidad perruna ciudadana, un tema importante para las noches de año nuevo. No hay perros ni perras que se apareen en noches así (siempre manteniéndonos en esta especie animal y sin tomar en cuenta los paralelos de estos términos en la especie humana), y esto sucede por un motivo simple: ego perruno macho. Ningún perro bien perro quiere, a la hora de satisfacer a una dama y demostrarle que no hay de qué tener miedo y que ella está, literalmente, bajo su protección, asustarse con las explosiones constantes y ponerse a aullar como un auténtico inútil incapaz de contener su pánico y poner ojitos de corazón sensible, débil, anti-macho. No hay perro de oídos sanos que no se haya ocultado bajo su propia vergüenza de ser apaleado incesantemente por su archienemigo sonoro que en esos momentos piense mantener firme la tasa de natalidad; de hecho, ni recuerdan su lema «soy perro y la meto donde quiero». Nadie comprende a estos pobres perros de ciudad, es una batalla interna y cruel que deben pelear solos, teniendo que explicarles a sus miembros porqué no pueden como otras noches.