sábado, marzo 31, 2007

Ya había muerto demasiadas veces y aún así pretende abrir la boca, mover los labios. Su existencia se ha resumido a rebotar contra todo, a no lograr cambios, a no mover nada; un objeto enorme de masa ínfima. Toda ayuda que le proporcionamos sólo agrandaba su tamaño; se volvió demasiado grande para sí mismo, así que últimamente sólo lo observamos morir. Jamás vi algo tan triste y trágico como esto, con él derramado sobre sí mismo, su entorno en contra, y aún así pretendiendo abrir la boca.