sábado, mayo 12, 2007

¡«Me querrás para pensarte...» cumple hoy cuatro años! ¡Fiesta! Alquilé un rancho alejado, lindo, algo viejo y derruido, pero suficientemente espacioso como para albergarme y a la torta. Tomé cuatro velas y las dispuse sobre el recubrimiento de merengue, clavándolas bien profundas; entonces dejé así la torta por unos pocos de segundos para que se asentara su flamante carácter festivo. Apenas creí que se asentó bien, tomé las cuatro velas y las arrojé como dardos contra una pared del rancho; el ruido que hicieron al chocar pareció compañía. Continué el rito aplastando la torta con mi cara, y con mi nariz ensartada en la capa de bizcochuelo concluí que me quedó demasiado seca, faltó almíbar.