viernes, junio 30, 2006

«Conclusiones del mes»Reflexiones del mes de junio que pasó:

-Al fin, mi novia se dignó a existir. Y no solo eso, sino que también soy su novio. ¡Buenísimo!
-Dejé dos materias de mi carrera.
-Quiero irme a vivir solo ya y así escribir tranquilamente con las neuronas conectadas.
-Quiero narrar un chiste y que, además, cause gracia.
-Espero que les propinen un sartenazo en la cabeza a aquellos muchachos de Nokia que tuvieron la audaz idea de quitarle la linterna a la evolución del modelo 1100.
-Hoy se me termina la joda de la banda ancha.
-Estoy tomando té verde a diestra y siniestra.
-Mmm... ¡sexy! Me causa gracia pensar que estoy hecho una fiera.
-Siendo realista, quizá, tal vez, recién ahora pueda enfrentar mi abandono completo del ser humano. Y esto es una gran especulación esperanzada.
-Es tan genial el noviazgo. Estoy muy embobado.
-Entre lo posible, creo que la opción que más prefiero ahora es trabajar algo ligero, no estudiar, estar con mi novia, escribir como un condenado y seguir viviendo en casa.
-No puedo terminar estas conclusiones sin decir la palabra «cachondo», suena bien y es algo que me supera.
-O sea, estoy cachondo. Jajajaja.
-Al fin traje buenas noticias. Y creo que traeré algunas más en los meses que vienen. Estoy contento.

martes, junio 27, 2006

Ya acepté mi condición de mediocre. Me cansé de encontrar argumentos complicados sólo para justificar tal condición; simplemente, soy mediocre. Esta aceptación es casi simultánea a la pérdida por abandono de dos materias de mi carrera; así deberé cursar un año más. Pero, respecto a esto ya estoy algo mejor, al menos, por el momento. Incluso, pude decírselo a mis padres sin dudar.
También pude tener una excelente conversación, que aún no le agradecí, con Pablo, mi amigo. Era algo que andaba necesitando y me dejó muy contento.
Y, al fin, estoy saliendo con una chica con la que me llevo mucho mejor de lo que creí me podría llevar. De hecho, lo paso genial con ella. Es, por lejos y sin esfuerzo, lo mejor que me sucedió en el año. Me impresiona cómo cada vez la quiero más a pesar de que en cada una de esas veces me resulta improbable poder quererla más; es como si cada vez que la veo la volviera a conocerla por primera vez.
Todas estas son, en definitiva, buenas noticias.

viernes, junio 23, 2006

Hablando sobre un profesor, un amigo le dice al otro: «es un pene; se hace el duro pero es re-sensible».
«1000 entradas»Pensaba en revolver todos los cajones, hallar las piezas más significativas, resaltar relaciones entre ellas y crear así el milésimo discurso. En paralelo, pensaba en crear con la mente vacía un milésimo decir que no remita a nada, casi indescifrable. Y pensaba, por sobre todo, que aquella milésima entrada debería tener un oculto brillo propio con el que sólo las mentes excesivamente atentas pudieran encandilarse. No he dejado de pensar así, pero las oportunidades se van y no volverán a ser como fueron. Esta oportunidad se ha alejado mucho y debo probar si aún puedo tomarla para obtener el resultado esperado.
Me encuentro aquí escribiendo sobre mí y buscando la forma de hacerlo lo mejor posible, con detalles claves seleccionados por mi memoria selectiva, dado el obstáculo de no querer quedar mal parado. Me agradezco enormemente haberme creído inteligente por el simple convencimiento que tengo de poder hacer algo hermoso. Y las observaciones ajenas abundan para probar mis sabores propuestos, pero ni las más satisfechas podrán rescatar la intensidad de entendimiento de mi público más cercano: yo. He hecho algo hermoso.
Pero no puedo negar la influencia de mi situación actual, y esto se da por dos motivos: hacerlo sería contemplarme otra vez como un personaje estereotipado y, además, mi situación provoca sensaciones demasiado fuertes como para ignorarlas. Parezco padecer una enfermedad invisible, sin comprender a qué me referiría con una enfermedad visible.
Quiero escribir. Ya poca intención me queda para deshacer males, ayudar. Mi mayor ambición actual es tener mi agenda libre para observar y escribir a voluntad. Todo lo demás me resulta una responsabilidad menor.
Me he rendido a todo lo demás. Pero mi causa aún se mantiene tenaz. Sólo por esto, soy un privilegiado. Si la oportunidad se fue, pues, allá ella. Me calma ya no tomarla en cuenta. Apenas ida fue una preocupación menos.

sábado, junio 17, 2006

Pero te necesito, ¿cúantas veces me has oído decirlo ya? Suelo pensar que te pido demasiado, aunque termino por descartar tales pensamientos y te multiplico mi pedido. Aparentemente, mi conducta irritante fue la expresión suficiente, aunque quizá innecesaria, para que se entienda que no estoy bien. Eso ya ha quedado claro, apartando las causas de este estado. Como una máquina, cada uno de mis movimientos representa la acción de un mecanismo integrado por todo aquello que guarda relación conmigo; y como la función de la máquina es completar una idea, y sabiendo que esta máquina está armada sobre las teorías que forman la idea y que se completarán con su función terminada, se puede decir que esta máquina es un prototipo que pretende justificar su funcionamiento al funcionar, y que el resultado final explicaría el modo en que se ha movido. Podrás imaginar que vivir como esta máquina tan particular provoca que hasta el suelo más sólido resulte gelatina. Si estoy equivocado en mi idea, entonces estoy equivocado en mi vida. Pero sucede que puedo justificar cada error de mi vida como resultado de vivir bajo un modelo de ideas diferentes al reinante, así que mis supestos errores no se ven iguales desde estos puntos de vista. Muchas veces veo gente apurada para ser infelíz, realmente parecen querer terminar así si los analizo un poco. A veces sufro por ellos, incluso cuando ríen. No comprendo cómo pueden darle tanta prioridad a la alegría sobre la tristeza, tratando sólo la primera y evadiendo las noticias de la segunda, cuando de ambas aprendemos. Sé que sufres por algo, un sabor que ya no sientes, un problema permanente, cualquier cosa; algo. ¿Por qué no puedes ahora sacarte el mal gusto aunque te den buenas noticias? ¿Acaso pretendías engañarme y engañarte al intentar tapar tu sufrimiento con el festejo de la buenaventura ajena? ¿Para qué mentir aquí? Interesado. Eres tan egoísta como yo. ¡Ahora disfruta! ¡Disfruta las risas! ¡Tú apenando tus alegrías legítimas sólo malgastas mi paciencia!

domingo, junio 11, 2006

Abuelo, ¿por qué tuviste que irte?
Tengo ideas de las cuales recuerdo cuándo y en qué situación se me ocurrieron. Esta se me ocurrió el año pasado, sentado en el colectivo que tomo para volver desde la facultad hacia mi casa, pero aún sin salir de Ciudad Universitaria.
Trata de una mujer que, debido a hirientes relaciones fallidas, preparó multitud de defensas para que nadie pueda, otra vez, hacerle daño. Ya nadie llegaría a saber sus pensamientos más profundos ni nada que pudiera significar una debilidad explotable. Esto sería el marco de las situaciones que vendrían.
La idea continúa con la llegada de un hombre a la vida de esta mujer. Él muestra incapacidad para hacer daño y leve facilidad para recibirlo. La unión de ambos es obvia, pero ella mantiene sus defensas activas, lo cual los perjudica; ella no pretendía hacerle daño y él cree ser el causante de su propio estado de víctima. Así, por él, ella elimina sus defensas. Acepta el riesgo.
Nunca terminé la idea. Podría no suceder más nada, resultando una unión estable, o él podría, en cierto momento no necesariamente temprano, aprovechar la vía libre, devastar a la indefensa y destruirla desde adentro; quizá debido a un súbito cambio en su personalidad, quizá por intenciones ocultas, o quizá por un evento fortuito y externo que gatille una mala reacción.
Y entonces nos veo ahora. La similitud con esta idea es innegable. Para hacerte mal sólo estoy a un paso de distancia. La responsabilidad de no dar tal paso es constante, pues aquél camino fácil está ahí para darlo en cualquier momento. Por esto, en una relación siempre se está en situaciones límite. Se puede perdonar, pero ¿cuánto? El aprovechamiento de tu falta de defensas es parte de un rol que no quiero encarnar.

miércoles, junio 07, 2006

Le agradezco al clima haber estado así hoy, fue excelente. Una humedad enorme, el aire dulce, muy bueno. Y el clima no sabe qué responderme. Piensa que ni siquiera merece mis agradecimientos porque él es así, no porque haya tenido la voluntad de serlo, sino porque simplemente es así. Cree que es como agradecerle su existencia, sobre la cual no tiene poder alguno. Ni había intentado ponerme contento, pero así lo hizo. Y por necesidad de decir algo, termina diciendo: qué bueno que te lleves bien conmigo, tal como soy.

lunes, junio 05, 2006

Hoy se cortó el suministro eléctrico, y como no podía hacer la tarea, y como sabía que no quería hacer la tarea, salí a caminar, a refrescarme la mente. Pasé por lugares a los que no iba hacía años. Llegué a un callejón al lado de la vía en el cual hace largo tiempo una vez me encontré con que no tenía salida, así que lo miré, me detuve y dije «yo estuve acá», y continué por otra calle. Fue algo muy nostálgico. También pensé que estoy viviendo tiempo extra y que en realidad debí haber muerto hace rato, un miércoles veintiocho de noviembre de dos mil uno, cuando llamé a Eliana por última vez. Todo lo bueno que vino después de tal fecha fue muy intermitente, aunque igual lo agradezco enormemente. Pensé sobre lo que quiero ser y sobre si estoy en la dirección correcta para serlo, y la respuesta es un rotundo «no». Y es un rotundo «no» incluso sin realmente saber definidamente a dónde quiero llegar o por dónde quiero pasar. Entonces terminé por preguntarme el porqué de tal desviación desde mis anhelos hasta mis acciones, y supuse que es por la presión que me coloqué sobre mis propios hombros de cumplir con las expectativas ajenas. El resultado de esto es algo mediocre. Me disculparé, lo sentiré mucho por todos, pero la decisión que tome será mía y para mí, y las consecuencias también lo serán. Y nadie que me quiera deberá ordenarme lo contrario. Ya antes dije que es fácil perderse un poco y olvidar que uno es su propio jefe. ¡Uno es su propio jefe, sólo su propio jefe y de nadie más! ¡Si alguien te obliga a algo es porque ése alguien está más perdido que vos! Y así cambia mi vida. Desde nene nunca le presté muchas neuronas a la idea de tener más de treinta o cuarenta años, eran edades a las que nunca parecía poder llegar pero, ahora, veo mi recorrido hacia los sesenta años como un aprendizaje constante, suponiendo que mantendré la lucidez, y no como una decadencia de la juventud viviendo años que sobran. Porque, para bien o para mal, el miércoles veintiocho de noviembre de dos mil uno nací de nuevo. Debo ajustarme a mi visión y serle fiel. Espero que en las conclusiones de este mes traiga buenas noticias.
La fuente de la superioridad está, a corto plazo, en la fuerza bruta; a mediano plazo, en las ideas; y a largo plazo, en el azar.

sábado, junio 03, 2006

Mi campera tiene, entre varios, dos bolsillos casi a la altura del pecho, uno a cada lado. En cualquiera de estos dos suelo guardar mi teléfono celular, el cual siempre tiene activado su modo de vibración para la recepción de llamadas o mensajes. Yo estaba deseando cierta llamada y, mientras, permanecía en la vereda de una avenida esperando un colectivo. Entonces, mi bolsillo derecho vibró; al meter mi mano en él supe que estaba vacío. Palpando el izquierdo confirmé que el teléfono estaba allí; lo saqué y revisé su pantalla: no había recibido nada. Qué desilusión. Al pasar un colectivo cualquiera por la avenida noté la vibración que provocaba en mi bolsillo derecho, tan aparentemente arbitraria, y supuse que así había sucedido antes. Qué feo, qué feo. Nada lindo allí. Afortunadamente, el colectivo no me permitió estar solo más que unos segundos, y rápidamente me llevó a pasear.

viernes, junio 02, 2006

No obstante, se remonta; es en parte por la actitud que uno toma. Extrañamente, es fácil olvidar que uno es su propio jefe.
Fue feo notar que todas esas observaciones que hice y hago no me darán de comer, observaciones como los edificios rosas de la mañana, o los gestos de alguien, o la ruta de una pequeña mosca recorriendo la pared. Quizá alguien pueda ganarse la vida directamente de eso, pero no es mi caso. No significa que dejaré de observar, de hecho, creo que es algo casi involuntario. Pero puedo ver cómo hacen los demás, y aprender de ellos, para salir adelante. Seguramente, algo bueno podré sacar. Necesito ánimo, buen ánimo, y adquirir conocimientos ajenos sería una buena manera de obtenerlo.

jueves, junio 01, 2006

Y en unas pocas palabras muy significadas que recibes, entiendes que estás solo otra vez. Quieres creer que la has entendido mal, pero intentas no caer en engañarte. Evitando engañarte te consideras realista y, sin embargo, ahora es pesimista lo que eres. Y no puedes quitarte el sabor de pensar que, aquellas palabras, tienen su causa en alguna incapacidad tuya.