lunes, octubre 31, 2005

«Conclusiones del mes»Reflexiones del mes de octubre que pasó:

-Aplicarse desodorante en las axilas vistiendo una remera sin mangas no es tan fácil como se puede suponer.
-Lo odioso de un excelente diseño en algo de uso cotidiano es que pasa desapercibido. Y yo siempre dando la nota.
-Al leer los trabajos de mis compañeros de la facultad, noto por sus desgraciados errores la diferencia a causa de que yo cursé la primaria. Pero... ¡oh, ellos también la cursaron! ¡Oh, calamidad! ¡Mi pobre universidad! Mi título... No espero que reprueben, espero que lleguen al nivel que se requiere, pero no logro despejar el temor de que quizá ya es tarde para eso.
-Hablar de mujeres es como abrir la heladera repetidas veces sabiendo que no hay nada; no te sacia, pero por leves instantes crees tener el deseo satisfecho.
-Hubo un miércoles en el que, aparentemente, toda la ciudad usó el mismo desodorante. Eso o me dosifiqué el producto en la nariz, cosa que me suele pasar.
-Un amigo inexistente e inventado sólo para expresar la siguiente estupidez, cree que existen mujeres de una noche, mujeres de dos noches, así como también mujeres de tres. Además, piensa que existen mujeres de cuatro noches por mes, popularmente conocidas como «novias», y otras de ocho por mes, las cuales son rompe-corazones. Traté de explicarle que una novia no es la angosta idea de una tasa de sexo mensual, pero ya se había ido con su chica de siete días por semana, la cual vive en una de sus manos. Preferí no molestarlo y dejarlo con... ella.
-Las clases de canto son un sablazo al bolsillo, pero también son muy interesantes. Y la profe es una masa.
-¡Están por doquier! ¡Es el ataque de las cabelleras abultadas! La humedad genera estragos.
-Qué belleza. A Cecilia el pelo suelto le sienta muy bien. No necesita más para provocarme perder el hilo de cualquier conversación.

viernes, octubre 28, 2005

Deja de intentar poner ribetes en tus anotaciones, tratar de adornarlas tanto les hace perder su carácter de ocurrencias y ganar una intención estética a la que no estaban dirigidas en sus principios.
Me encanta olerme las muñecas perfumadas, me es imposible dejar de hacerlo. Si estoy aburrido, solo, divertido, acompañado, lo que sea, habrá un instante en que tendré, con aire pensativo, la nariz sobre la base de mi mano. Y extrañaba el perfume; como esta semana fui sólo una vez a la facultad, no tuve otras razones para emperifollarme un poco. Lo que actualmente me falta es un antitranspirante neutro en aerosol, que con la venida del calor se torna una necesidad básica para no ser una sudadera viviente. Además, si es neutro, puedo olerme las muñecas sin contaminar el perfume con cualquier otro desodorante, usualmente muy invasivo. Y eso es lo importante.

miércoles, octubre 26, 2005

Al parecer, lo complicado de abrirme y liberarme para ser sociable es lo que no quiero mostrar. Cuando era chico era más puro, y nadie sospecharía de un niño con tan buena conducta, no había problema en tener acciones instantáneas. Ahora hay secretos, cosas ocultas de las que no quiero dar pistas en un descuido. Saber no es inocuo, pensar tampoco lo es, al contrario, son modificadores. No habría complicación si parte de aquello en que me ocupo no fuera mal visto. Sumado a la superficialidad ajena, ¿cómo no quedarme quieto y callado?

martes, octubre 25, 2005

Entonces, puedo jugar. Porque sé atacar en el punto ideal. El problema es que he atacado poco y hace largo tiempo. Me refiero a hacer el salto de comentarista a relator, de observador a actor.
Cuando escuchas un punto de piano de luz ámbar en el espacio, sabes que haces más que escuchar, aunque no sabes qué estás haciendo. Entonces, puedes jugar. Porque observaste lo inexistente, lo que habías inventado. Ya lo habías hecho. El problema es que aún no sabes lo que haces, aunque sabes cómo hacerlo. Me refiero a que jugaste el juego que te pusieron delante sin conocer sus reglas.
Si ya estuve jugando, la cuestión que me queda es: ¿juego contigo?

lunes, octubre 24, 2005

Simplemente para recordarlo, hoy fue un buen día. Se nubló completamente, llovió fina y medianamente, me mojé las medias, las zapatillas y las botamangas. Arreglé clases de canto para el lunes que viene, miré una película argentina que me gustó, no sé qué más. El buen pasar del día no dependió mucho de mí, como puede notarse, así que lo tomo como un regalo.

domingo, octubre 23, 2005

Y me quedé. Tenía el tiempo libre, sin ninguna obligación. ¿Jugar o leer? ¿Tomar ese mismo juego y perfeccionarme aún más en cómo ganarlo, o abrir ese libro que tiene conocimientos sobre un asunto de mi interés? No sé, estoy en eso todavía, pero me queda menos tiempo.

sábado, octubre 22, 2005

Nunca dejó de ser uno de esos tipos obsesivos que si te los cruzas en la calle deseas que no te haya notado, y miras a un lado. Se repetía cada día de su vida «te encontraré, te encontraré, seremos nuestros», no sólo como un mero pensamiento sino mucho más allá: lo anotaba en las paredes de su casa, en sus diarios, lo convertía en el tema central de cualquier cosa que hiciera. Y la encontró; realmente, le dio a su suerte agradecimientos de todos los colores. Cuando ella supo cuán viciosa era su espera por encontrarla, no se sintió a la altura de aquél personaje que él deseaba, se asustó del compromiso tan épico, pensó que no eran suficientemente afines, y cortó toda relación con él. Él, que había perdido su obsesión y ganado gran tranquilidad, no volvió a preocuparse por años. Se encontraron nuevamente hace sólo unos minutos comprando mandarinas en una verdulería y, por lo que vi, esta vez van, sin duda, derecho al casamiento.

viernes, octubre 21, 2005

«¿Estás segura de lo que decís? Digo... sos linda. No sé por qué decís eso de que sos espantosa, si pretendías causar lástima te comunico que no funciona, sólo parece un chiste. Yo creí que tenías novio, uno que aceptaste luego de haber rechazado cientos de pretendientes anteriores, uno de esos hombres impresionantes, acorde a vos, un excelente partido. O sea, ni me imaginaba que estabas sola ni que la estima que te tenés es tan baja; admito que eso multiplica tu encanto en gente como yo.»
Entonces, ella, sin decir más y habiendo confirmado que aún conservaba intacta su adorable imagen, se despidió de él para luego encontrarse con su novio perfecto e invencible, con quien mantiene una sana vida sexual, social e, incluso, económica.

jueves, octubre 20, 2005

Andar en bicicleta y volver a casa con las piernas hinchadas es encantador. Al parecer, todo funciona perfectamente en mi bicicleta rodado veinticuatro. A la otra, rodado veintiséis, debo comprarle mínimamente una cadena, una corona y piñones, ya que han pasado a mejor vida; creo que con eso será suficiente en un principio.

martes, octubre 18, 2005

Dentro de todo, podría decirse que me fue bien en Dibujo, aunque sigo bajando el nivel. Desde ayer padezco una suerte de cansancio crónico, a lo que hoy se sumó un malestar general. Creo que si la evolución de la humanidad partiera de mí, los futuros descendientes poseerían un par extra de piernas en la espalda, para poder desplazarse en su habitual posición horizontal; estoy poniendo mi colchón bajo una prueba de fuego.

lunes, octubre 17, 2005

Mañana tengo entrega de Dibujo, estoy exhausto. Pasé más de seis horas en esa plaza dibujando, completamente falto de inspiración, vago en los detalles; ni siquiera pude almorzar, lo cual me aniquiló. Y todo para que mañana sólo me acerque a rozar la aprobación. Yo entiendo el espacio, puedo imaginarme en él y las magnitudes que lo conforman, sé perfectamente qué son el matiz, la saturación y la luminosidad, conozco las diferentes formas de refracción de la luz, sé que hay un tercer punto de fuga, que cuando se es paralelo a una magnitud de un objeto el punto de fuga correspondiente se desdobla en ambos lados del infinito lineal, sé muchas cosas... ¡pero soy torpe! Siempre tuve mala caligrafía y siempre tuve líneas chuecas; para dibujar mejor necesito enormes cantidades de tiempo, enormes.

domingo, octubre 16, 2005

«No estás aprovechando todo lo que la vida puede dar.» La frase salió de la nada y, aunque es cierta en cada persona, me sonó a reproche. Acostado en mi cama, a persianas cerradas y a punto de sestear, la pasé por alto. Pareció como si mi dormitorio quisiera verme encaminarme en algo concreto.

sábado, octubre 15, 2005

Ir a aquella plaza lejana donde tanto nos cruzamos y no verla, saber que no estaba allí, me recordó que en poco tiempo no la encontraré jamás, y el aire se tornó denso al respirar. Pensar en todas aquellas que nunca logré conocer, con toda su belleza, el arte viviente que son en el museo instantáneo que lo es todo, es como los miles de libros en una biblioteca, los rincones del planeta, sólo algo más que no disfrutaré. Y no sería problema si no la hubiera visto, como detrás de una vidriera; quedo ahora adivinando saber qué es lo que me pierdo y suponiendo que es mucho. Pensé en ella muchas veces, y si alguna vez creyó que nadie la notaba, yo hice falsa esa creencia. Esperanzado, me gusta abocarme al pensamiento de que alguien quizá piensa en mí en el mismo modo, y me pregunto si me gustaría tal persona.

jueves, octubre 13, 2005

Se ha adquirido en casa un nuevo teléfono celular para mamá, y no cualquier teléfono, éste es el mejor teléfono que existe, lejos: Nokia 1108. Genial, ¡un celular con linterna! Y su teclado es fantásticamente cómodo, además de que cumple ejemplarmente con lo que debe ser: un teléfono. Lo bueno de esto es que su gemelo, el modelo 1100 que tenemos desde hace algo más de un año y al cual le tomé mucho cariño, pasa de mamá a mí. Y lo mejor, el broche de oro, es que soy repugnante para hablar en teléfonos móviles. Realmente, muy asqueroso, no así con los mensajes de texto.

miércoles, octubre 12, 2005

Intentó ahorcarse con la correa de la persiana, pero sólo la levantó mientras él bajaba, dejando entrar toda la luz de la mañana. Fue tan iluminado que salió de su depresión y creyó ser el hombre más feliz del mundo, el cual es un título compartido por muchos simultáneamente y por breves lapsos, siendo, realmente, los más felices del mundo. Quitó la correa de su cuello, ya amigado con su vida y dispuesto a conquistarla; intentó salir de su casa y abrió la puerta: el marco se desprendió del muro y lo aplastó. Luego fue el dintel. Al detalle de la caída de la mampostería le siguió una viga, todo encima. Continuó la losa, y las columnas le cayeron como si el fuera el centro de la gravedad. Un cometa que paseaba cerca del planeta se acercó y lo aplastó también. Finalmente se abrió una grieta en el suelo y se fue con los restos de su hogar lo suficientemente profundo como para ya no poder saber si siguieron sucediéndole percances. Murió. Eso lo sé. Yo creo que lo intentaba demasiado, si no hubiera sido tan drástico, ni tan presto a la ironía... no hubiera cambiado nada. ¡Y eso es muy irónico! ¡Qué hombre tan irónico, se lo vea como se lo vea! ¿Cómo hace uno para conocer gente así?

martes, octubre 11, 2005

Son los cadáveres más bellos que existen, pues todas mis chicas inventadas han muerto. Eran imitaciones de mujeres reales, seleccionadas tanto por capricho como por paranoia: si la miraba mucho, la elegía; si creía que me miraba, la elegía también, y entonces sucedía la copia. Pensar en mujeres inventadas debió ser una de las mejores maneras de halagarme a mí mismo, me hacían ver como el centro del mundo porque cada una de sus acciones derivaba en algo respecto a mí, pero cuando el comportamiento de las originales no correspondía con su imitación la decepción era grande... o reinventaba la mujer en cuestión para explicar su nuevo modo de actuar. Eran amores analgésicos por los que perdía el tiempo, y para no seguir perdiéndolo, me hicieron un último favor y, un veintisiete de septiembre, murieron para mí.

lunes, octubre 10, 2005

Lo tenemos, es nuestro y no puede escapar. Sus pies ampollados y sus alas esqueléticas ya no lo llevarán a ningún lugar. No habrá de ver ni una vez más el brillo de la luna sentado en la hierba, sino desde algún encierro; no habrá dulce aroma que no se corrompa y contamine al llegar a él. Nada habrá a su disposición más que sí mismo, y por tal motivo pronto deseará haber tenido una mente sana, pues no poseerá jamás otra compañía.

domingo, octubre 09, 2005

Apoyaré mi cabeza en tu barriga, y entre leves mimos y caricias, te callarás. Te rendirás por un momento de tu búsqueda por alguien mejor, lo suficiente para rendirme también y, por fin, nos comeremos vivos.

sábado, octubre 08, 2005

Tírate un pedo y déjalo fluir, muchacho, déjalo fluir. Báñate en él y aspíralo, siente su poder, disfruta sus reminiscencias de tus comidas pasadas. Cuando te canses del buen gusto, si es que te cansas, échate otro y enséñalo a quien desees, extiende el placer a todas las narices que puedas. Ayúdanos a construir un mundo mejor, donde la tolerancia sea tácita y transparente, un lugar para cagarnos mutuamente y no poder oler la caca venir.

viernes, octubre 07, 2005

Me duele el cuello, enormemente, apenas lo puedo mover; es una molestia extraordinariamente limitante. Me agarró el viejazo, ciertamente. Girar la cabeza hacia la izquierda es un asunto manejable, pero hacerlo hacia la derecha... ni siquiera puedo llamarlo «girar», es más bien como asomarse hacia el costado y despedirse de él con una mueca desagradable, no creo que exista un verbo que resuma tal acción en sí. De todo lo que quería hacer hoy no pude hacer nada, y acostarme no era solución alguna: el dolor sólo se hacía más notorio. Espero estar equivocado, pero creo que no podré dormir esta noche; al menos, tengo a Queen y un excelente par de auriculares, no me canso de redescubrir mi banda favorita, siempre rescatándome en casos de extrema urgencia. Qué tipos piolas.

jueves, octubre 06, 2005

Hoy todas estuvieron amables conmigo y sin razón aparente. Creo que la barba de casi dos semanas de longitud les cayó bien... o les dió lástima, lo cual no tiene mucho sentido en ningún caso. Fue un buen día, realmente, muy buen día.

martes, octubre 04, 2005

Los dibujos no están saliendo bien, nada bien. No sé qué me pasa, antes tenía encuadres mucho más interesantes, mientras que los actuales son tan obvios y cursis. También estoy más impreciso y menos prolijo, no logro formar ninguna figura definida. Siento que no me queda nadie a quién impresionar, quizá es eso.

lunes, octubre 03, 2005

Estoy encantado; compré el corta-cadenas y puse manos a la obra; dos cadenas pasarán la noche en aguarrás. Mañana las colgaré para secarse junto con mi ropa interior y el miércoles ya estaré pedaleando. Es una limpieza exhaustiva y excesiva, pero rendirá sus frutos. Además, estoy contento porque el corta-cadenas trajo consigo varias llaves muy útiles que no tenía; no puedo esperar a tener todas las herramientas necesarias para desarmar completamente mis bicicletas. Adoro no sólo saber, sino también entender cómo funcionan las cosas, es realmente algo que me apasiona. Cuando ando en dos ruedas, disfruto mucho más habiéndolas ajustado yo mismo.

domingo, octubre 02, 2005

Cuando paso y escucho «a sus diecisiete años...», me recuerdo teniendo esa edad, cuán vitales eran mis asuntos por Eliana, cuánto me condené por crímenes que cometería luego, la gravedad de cada dato sobre ella. Y entonces los veo vivir, a todos ustedes. No sé si es envidia, o algún tipo de resentimiento, pero muchas veces pienso: «perdón por haberme tomado la vida en serio».

sábado, octubre 01, 2005

Hoy arreglé una de mis bicicletas, de alguna manera el eje trasero estaba demasiado ajustado, impidiendo al rulemán trabajar como debe. Aproveché y lo limpié a fondo, las pelotitas de adentro y todo, y luego reajusté el eje delantero, al que le faltaba un poco de ajuste, ya que hacía algo de juego. Nunca dejé mejor una bicicleta, realmente, me felicito. Aún me queda aceitarla, pero primero quiero limpiar la cadena a fondo, y como no tengo un corta-cadenas y no quiero complicarme la vida separando eslabones a golpes de destornillador (creo que ese día me di demasiada maña), espero que este lunes ya compre la herramienta. Y el aceite. Como solvente usaré aguarrás, donde hundiré la cadena por horas extrayendo la mugre, luego la dejaré secar hasta el otro día esperando que todo se haya volatizado, la hundiré en el aceite y la dejaré colgando hasta que termine de gotear. Y por fin, cuando termine, a disfrutar de estos días preciosos desmayándome en dos ruedas, ya que hace bastante que no ando.