miércoles, septiembre 17, 2008

Saliste a pasear. Inocentemente a estirar las piernas. El camino es conocido, la tierra, las piedras, la vereda, el asfalto, son los mismos de ayer. Las piernas reciben su ejercicio, y el recambio de aire tampoco viene mal. Has salido inocentemente a pasear, a estirar las piernas en un camino conocido. Las plantas, las rejas, los postes, los ladrillos, inequívocos del lugar. Buen aire. ¿Recuerdas cuánto esperabas escapar de aquí en el pasado, maquinando sin éxito un momento adecuado? Pues ya te has ido, hace tiempo que no necesitas regresar de tus paseos. Aún vuelves porque no lo sabes, al saberlo volverás por cortesía, luego sólo volverás de visita, pero no volverás a pertenecer aquí.